Es evidente que la escasez de los dólares americanos en nuestra economía no es un problema del pasado, sino algo muy vigente que tiende poco a poco a agravarse más. Hay que recordar que todo comenzó hace más de un año, el 08 de febrero de 2023, cuando el Banco Central de Bolivia estableció un tipo de cambio preferencial que ofrecía comprar dólares a los exportadores nacionales a un precio de Bs. 6,95 por cada unidad, 0,09 centavos más que al precio de compra oficial de Bs. 6,86; esto con la finalidad de recaudar $us. 1.000 millones para fortalecer nuestras Reservas Internacionales Netas.
Sin embargo, el tiro le salió por la culata, ya que este tipo de cambio preferencial, además de no cumplir con su objetivo, genero un desequilibrio grave en el mercado de cambiario del dólar americano. Ya que se generó una alta incertidumbre y especulación en la economía, derivando en una sobredemanda de la divisa americana que hasta la fecha el BCB ni la banca privada puede satisfacer. Más bien, lo que creció y se fortaleció es el mercado negro, paralelo o informal del dólar, que, si bien siempre existió, ahora esta mas presente que nunca ante la falta de dólares sobre todo en el Sistema Financiero Nacional. Se estima que hay más de 10 mil millones de dólares fuera del mismo.
Antes de proseguir con el análisis, debo aclarar el porqué del nombre de DÓLAR NEGRO, a la divisa americana que se está usando más en nuestro país. Por dos simples razones, al haber muy pocas transacciones en dólares al tipo de cambio oficial, la mayor parte de los agentes económicos están recurriendo al dólar que se obtiene en el mercado negro o paralelo, obviamente a precios más altos. La otra razón es que gran parte de estos dólares negros, provienen de la economía informal e ilegal que operan en Bolivia, tales como del contrabando, narcotráfico, minería ilegal y otras tantas de esa índole. Existen similitudes con el dólar blue de la argentina, el más usado en ese país, debido a que el mismo es altamente utilizado, actualmente vale 1.095 pesos la unidad, y que este fue originado por la escasez y los cepos cambiarios en esa economía, Bolivia tiene los mismos síntomas.
Aunque no sea parte de su política monetaria o cambiaria del BCB, desde el año pasado hasta la fecha, el peso boliviano tuvo una DEVALUACIÓN cercana al 30%, considerando que el tipo de cambio oficial de venta es de Bs. 6,96 pero el dólar americano se compra en el mercado negro hasta en un precio máximo de Bs. 9 la unidad, por el momento. Lo cual es resultado de una medida inadecuada implementada por el BCB al querer comprar dólares de los exportadores; también es evidente una devaluación del peso boliviano y la pérdida de su poder adquisitivo de manera paulatina por una mayor inflación, lo cual va muy ligada a la escasez de dólares.
Hay que recordar que actualmente hay varios mercados del dólar americano en el país:
Si es que el gobierno no realiza reajustes en su política económica y corrige el desequilibrio en la balanza cambiaria y de pagos en el país, esto generará mayor escasez de dólares. Con 3 efectos negativos:
1. Mayor encarecimiento del dólar americano en el mercado negro o paralelo.
2. Desabastecimiento o problemas para la importación de diversos productos (materias primas, insumos, otros). Por ejemplo, carburantes, medicamentos, insumos industriales, otros
3. Elevación de los precios en la economía (inflación), tanto de producción nacional como los importados, debido a que como resultado será la pérdida del poder adquisitivo del ingreso de los bolivianos.
Hay que recordar que esta situación exploto con la política del tipo de cambio exportador del BCB, pero también es consecuencia de nuestra balanza comercial negativa, caída de la inversión extranjera, menos accesibilidad a créditos externos y sobre todo de un gasto público elevado que fue consumiendo poco a poco nuestras divisas. El problema de fondo es que gastamos mucho, pero generamos poco, un simple ejemplo, nos cuesta casi 8 millones de dólares al día importar carburantes.
Este problema estructural, de la escasez de dólares, no se solucionarán con medidas parche o coyunturales, necesitamos algo sensato y sostenible. El camino no es mayor deuda externa, ni eliminar el ITF o legalizar el mercado negro, sino buscar los medios en los cuales nuestra economía gaste menos y produzca más divisas, tal vez liberar las exportaciones ayude. Sin embargo, se trata de voluntades políticas y de implementar un pragmatismo de Estado que deje a un lado la ideología, y que permitan tomar medidas que nos salven del naufragio económico.
El autor es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija