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Opinión

De celulares perdidos y rencillas internas

5 de Septiembre, 2022
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AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ

La semana pasada estuvo cargada de memes y de burlas respecto al hurto o pérdida del celular del ex presidente Evo Morales.  Que se pierda un aparatito cuyo dueño es no solo un ex presidente, sino el jefe del partido gobernante y el capo de las seis federaciones de productores de coca del Chapare, no es poco cosa, aunque es un daño que puede ser prevenido, y frenado de una manera muy fácil. En primer lugar si es que el propietario tenía todas las contraseñas y seguridades que hay a disposición, precisamente para asegurar la información privada de los usuarios en caso de pérdida o robo. Por lo demás la posibilidad de bloquear el aparato al denunciar el robo es también factible, sobre todo para el celular de un hombre que tiene ingresos elevados y que ha estado acostumbrado a lujos a los que solo tiene acceso la más exclusiva minoría de los seres humanos.

Es por eso que llama la atención la gran preocupación y la enorme molestia del “ex”. En circunstancias normales, en realidad un episodio como ese no habría sido conocido públicamente, hubiera sido minimizado, y eventualmente ni siquiera denunciado. Un hurto implica un cierto nivel de descuido, precisamente porque pudo haber sido perdido antes que tomado por quien se lo llevó.

El detalle importante sin embargo, es que el hurto sucedió en área azul, en un espacio de “hermanos” , como gustan llamarse entre ellos los masistas, y como lo hizo notar con malicia la víctima, en presencia del Ministro de Gobierno. (¿quiso que el hermano Presidente Lucho lo botara como él lo hizo con el Ministro de Aguas, porque no había agua corriente en el aeropuerto de Uyuni, porque esta estaba congelada?). 

Dos detalles son interesantes de anotar, por un lado, el espíritu autoritario del capo máximo, pide castigo o levanta sospechas sobre el ministro Castillo, (bastante detestable y prepotente el joven por cierto, pero ese es otro tema), porque él perdió su celular. Un exceso casi caricaturesco.

El segundo detalle es que evidentemente hay gente dentro del MAS que ya no quieren a Evo, a una especie de dios, como lo pintaba García Linera en sus demenciales alocuciones no se le roba el celular, y obviamente si aparece se le devuelve.  Si hasta se devolvió la medalla Presidencia, que valía mucho más y los ladrones eran profesionales.

Interesantemente este episodio nos está dando luces sobre cómo andan las cosas dentro del partido de gobierno. De férrea y monolítica unidad como la que se conoció cuando Evo decidió violar la constitución y postularse por cuarta vez, parece ser que ya no hay nada.

¿Es esa una buena noticia? Por supuesto, y no necesariamente porque el Mas vaya a caer, algo que no se ve venir, por lo menos aquí en las montañas, sino porque el disenso, el libre pensamiento, tan combatido dentro de las filas del MAS, es la condición sine qua non para la democracia.

 Hace unos días un amigo me comentó que en un programa de televisión del oficialismo, uno de los conductores, aseveró, casi directamente, que la actitud de Morales en 2022 había sido cobarde, interesante postura viniendo de gente militante por el proceso de cambio. Más allá de que posiblemente la huida de Morales, no fuera un acto de cobardía sino un cálculo que salió mal.

De cualquier manera lo que está claro es que Morales tiene anticuerpos dentro de su propio partido, y ya no tiene el poder para neutralizarlos ni para hacer que se alejen del mismo.  ¿Será mejor, o menos peor, el MAS sin su símbolo principal?, eso no se puede adelantar, pero la posibilidad de que la democracia salga ganando si quien no estuvo a la altura de respetar la constitución que él mismo promulgó, pierde (no solo su celular sino su) influencia es indudablemente grande.

Agustín Echalar es operador de turismo 

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