
Aunque Colón es el símbolo de la hispanidad, no en vano el 12 de octubre se celebra como el día de España, conmemorando la que fue sin lugar a dudas la más grande hazaña de esos reino, (el descubrimiento de la después llamada América, fue el más grande remesón para la Europa renacentista), este en cuanto a personaje es alguien mucho más interesante.
Un hombre del común, sin formación ni tradición familiar, con una inteligencia extraordinaria, y con un tesón un y coraje aún mayores, no solo logra articular una empresa única en su tiempo, sino que termina causando efectos, de los que no se puede [Fn1] , a pesa r de todas las facetas oscuras del personaje y su actuar.
Colón es un self made man, un trepador, un poco, un embustero, pero también alguien que logra no solo esa gran hazaña, sino que puede en un mundo brutalmente estamental y tradicional, fermentado en un sistema de castas, saltar todas la barreras y situarse en la cúspide de la escala social de su tiempo. ( Esto al emparentarse con la familia del aristócrata más prestigioso del momento, en efecto un hijo suyo se casa con la hija del primer Duque de Alba), no es poca cosa, para alguien que oculta sus orígenes, al extremo de que hasta hoy no se sabe con certeza donde nació.
La estatua de Colon vejada esta semana, poco tiene que ver con el personaje y esa historia, es posiblemente más, el reflejo de simbologías relacionadas a la migración de fines del siglo XIX. Los italianos afincados en Nueva York, para sentar presencia, una vez devenidos en una colectividad poderosa, mandaron hacer ese enorme monumento, al Almirante, y le dieron la nacionalidad genovesa, y esto se reprodujo a lo largo de las américas, Buenos Aires, Lima, y la pequeña La Paz, para el festejo del primer centenario, ganaron un monumento similar, todos financiados por las comunidades italianas respectivas, que en mayor o menor grado, jugaban un rol importante en la economía local, en La Paz, la industria textil, en primera línea, y otras industrias más pequeñas estaban en manos de esa comunidad, last but not least, un miembro de esa comunidad fue el “descubridor” de la cocaína, producto sin el cual, cien años después no existiría ni el poder chapareño, ni el actual partido de gobierno. Si señores, el MAS debería ver con mucha simpatía esa estatua cuyo maltrato ha sido casi aplaudido por la ministra de culturas.
No estoy seguro que Colón merezca una estatua, de hecho, hacerle una estatua hoy en día, tal vez sería un despropósito, sin embargo, la estatua de las bien torneadas piernas que tenemos en el Prado de La Paz, es un bello artefacto decorativo, y tiene sin lugar a dudas, técnica, arte e inspiración, se necesita ser un troglodita, o una adolecente trasnochada, para pintarrajearlo o agarrarlo a combazos. La iconoclastia es además de intolerante, una terrible enemiga del arte, y no lleva a nada.
Curiosamente quienes atacan la estatua de Colón, lo hacen bajo el paraguas de una supuesta descolonización, sin percibir, que lo hacen como tributarios de las metrópolis de siempre, la moda de destruir estatuas de personajes históricos ha comenzado en Europa y ha seguido en Norteamérica, y fieles a la tradición de copiar lo que el primer mundo hace, el tercer mundo se engancha a ese tren.
Para esta ciudad tan mal tratada, es una pena que se destroce una pieza ornamental importante, pero es posible que el daño mayor no se haya hecho en la piedra, sino no en los cerebros, el renegar del pasado hispánico a partir de la cacareada “descolonización”, implica daños mayores, no se puede renegar de una parte de nuestra cultura, eso es simplemente una insanía, una imbecilidad, es tratar de ahogar una parte de nuestro ajayu.
Agustín Echalar es operador de turismo