
Por HERNÁN MALDONADO,
Corresponsal de ANF en Miami
Miami, Nov. 5 (ANF) - ¿No quiere reelegir al presidente Barack Obama o no le gusta el republicano Mitt Romney? No hay problema. El votante estadounidense podrá escoger este martes entre otros 10 aspirantes a la presidencia de Estados Unidos.
Todavía más. Si aún así no está decidido por quién votar, puede hacerlo por sí mismo en el espacio en blanco en la boleta de sufragio. Los 10 candidatos detrás de Obama y Romney no tienen ninguna posibilidad real de triunfo.
A la mayoría quizás lo conoce gente de un poco más allá de su propio vecindario a pesar de sus impresionantes atributos, como el caso del abogado Thomas Robert Stevens, líder del autodenominado Partido Objetivista.
Otro es Gary Johnson, del Partido Libertario, quien según una encuesta de Ohio tiene un intención de voto del 6 por ciento que perjudicaría en ese estado a Romney en su intento por capturar los votos necesarios para el Colegio Electoral.
El ex alcalde de Salt Lake City, Ross C. (Rocky) Anderson, tiene como candidato a la vicepresidencia al chicano Luis J. Rodríguez, exitoso escritor, luchador contra los abusos policiales a los inmigrantes y co-fundador de una “red para el cambio revolucionario”.
Tampoco falta Steward Alexander, líder del Partido Socialista de Estados Unidos, que lleva por acompañante a Alejandro “Alex” Mendoza, nacido en Texas de padres mexicanos y que es dueño de una jardinería en Dallas, Texas.
El Partido Socialista de Liberación, antibelicista, tiene por abanderada a una mujer, Peta Lindsay y como su acompañante al colombiano Yari Osorio. El Partido Paz y Libertad les negó su participación, pero ambos decidieron seguir adelante pese a ser candidato ilegales.
Lindsay, una educadora, no puede aspirar al cargo porque sólo tiene 28 años y el mínimo requerido es 35 y Osorio por ser un extranjero. Con todo su partido tiene filiales y podría obtener votos en 13 estados, incluyendo la Florida.
Obviamente ninguno tiene posibilidad alguna, pero mantienen sus postulaciones porque la democracia estadounidense da para eso y mucho más, motivo por el cual hasta cualquier elector puede incluir su nombre en el espacio en blanco que está en cada boleta.
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