
Mundo, 8 Jul. (ANF).- El Papa Francisco lamentó este lunes en su visita a la isla italiana de Lampedusa, punto de llegada desde hace años de multitud de inmigrantes y en cuyas aguas encontraron la muerte decenas de ellos, que la sociedad haya caído en globalización de la indiferencia, donde “nos hemos habituado al sufrimiento del otro, no nos concierne, no nos interesa, no es un asunto nuestro!
El Pontífice durante el trayecto al Puerto de Lampedusa, acompañado por las barcas de los pescadores de la isla, arrojó al mar una corona de flores en recuerdo de los emigrantes muertos en el Mediterráneo. En el puerto, Punta Favarolo, lo esperaban 50 inmigrantes, a quienes saludó personalmente a cada uno de ellos y luego se desplazó al cercano campo de deportes "Arena", donde celebró la Misa.
El Papa utilizó un báculo pastoral de la parroquia de Lampedusa realizado con los trozos de madera de las barcas de los inmigrantes llegados a la isla y un cáliz de madera que procede también de esas barcas. Ambos son obra de un artesano de Lampedusa que ayudó durante las emergencias a los emigrantes.
En su homilía el Santo Padre dijo: "inmigrantes muertos en el mar, por esas barcas que, en lugar de haber sido una vía de esperanza, han sido una vía de muerte. Así decía el titular del periódico. Desde que, hace algunas semanas, supe esta noticia, desgraciadamente tantas veces repetida, mi pensamiento ha vuelto sobre ella continuamente, como a una espina en el corazón que causa dolor".
Señaló que tenía que venir a esta isla para rezar, a realizar un gesto de cercanía, pero también a despertar las conciencias para que lo que ha sucedido no se repita: “La globalización de la indiferencia nos hace a todos “innominados”, responsables sin nombre y sin rostro; “¿Adán dónde estás?”, “¿dónde está tu hermano?”, son las dos preguntas que Dios hace al inicio de la historia de la humanidad y que dirige también a todos los hombres de nuestro tiempo, también a nosotros”.
“Pero yo querría que nos hiciéramos una tercera pregunta: “¿Quién de nosotros ha llorado por este hecho y por hechos como éste?”. ¿Quién ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas? ¿Quién ha llorado por estas personas que estaban en la barca? ¿Por las jóvenes mamás que llevaban a sus niños? ¿Por estos hombres que deseaban algo para sostener a sus propias familias?
“Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llorar, del “padecer con”: ¡la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar!”, manifestó el Santo Padre.
El Papa agradeció a los habitantes y a las autoridades de Lampedusa su solidaridad con los inmigrantes y, entre ellos, saludó a los musulmanes que hoy comienzan el ayuno del Ramadán, diciendo "La Iglesia está a su lado en la búsqueda de una vida más digna para ustedes y para sus familias".
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