La Paz, 25 de junio (ANF).- Abandonado y entre escombros se encuentra la construcción del millonario servicio sanitario que costó una fortuna al Gobierno Autónomo Municipal de Achacachi, casi medio millón de bolivianos. Una calamina de fierro y un montón de basura tapa la obra.
La construcción inconclusa está situada en una de las esquinas de la plazuela Abaroa, que para variar está cerrada, nadie entra a disfrutar del espacio, el servicio sanitario está ubicado a un par de cuadras de la plaza central del municipio de Achacachi.
Debe ser uno de los baños más caros de un municipio cuyo presupuesto en la gestión 2016 apenas alcanzó a casi 48 millones de bolivianos, de acuerdo al Plan Operativo del Gobierno Municipal y según el techo presupuestario establecido por el Ministerio de Economía y Finanzas.
Por las rendijas, entre la calamina y la estructura de cemento, se ve ver una reja de color rojo y con dificultad los dos bloques, se puede suponer uno para mujeres y otro para varones. Se ve que es una construcción en azulejo, de seis letrinas, apenas se ven los lavamanos, tres en un lado y tres en el otro.
Parece un baño común y corriente, aunque algunos vecinos creen que será “moderno y eléctrico”, sonríe la vecina al momento de comentar la versión de la Alcaldía. Ella como otros prefiere no dar entrevistas por temor, desde que sus dirigentes fueron detenidos.
Las autoridades, dirigentes y la población están sumidas en el feriado por el Año Nuevo Andino Amazónico, se han reunido en la plazuela Tupac Katari, la tradición manda a recibir los primeros rayos del sol para acoger la energía y la bendición de un nuevo año.
En el acto participaron las principales autoridades sindicales y vecinales, pero no estaba el alcalde, Édgar Ramos (MAS), quien no gobierna en el municipio de Achacachi, desde el conflicto de febrero de 2017.
El año pasado los vecinos de Achacachi exigieron a la autoridad local su renuncia, en medio de denuncias de corrupción, porque pese a la insistencia de las instituciones sociales del municipio se negó a transparentar el manejo de los recursos públicos de la gestión 2016.
Hace 17 meses que el alcalde no ha vuelto a pisar Achacachi, tampoco ha renunciado, mientras las denuncias contra esta autoridad continúan en el Ministerio Público.
El baño no es la única obra que fue denunciada de irregularidades, también se encuentra un campo deportivo de césped sintético en una comunidad que costó Bs 12 millones, pero que supuestamente no cumple con las especificaciones técnicas.
También observan la construcción de un portón de seis columnas, la obra habría sido adjudicada sin licitación por un costo de Bs 470 mil se denunció durante el conflicto.
¿Era necesario un baño de 479 mil bolivianos?, algunos vecinos dicen que sí, pero no a tan alto costo, se animan a comentar que con ese dinero se podía hacer una construcción mayor “hasta una casa”, dice una comerciante del lugar; otros vecinos dicen que no era necesario un sanitario, porque existen otras necesidades en el municipio.
Desde el año pasado, Achacachi no ha superado el malestar ni contra el Alcalde ni contra el gobierno del presidente Evo Morales. “Nos molesta, el Alcalde está recibiendo el mayor apoyo del gobierno central y no se pone la mano al pecho”, afirma el ejecutivo cantonal, Freddy Tallacagua”.
No entienden por qué sus dirigentes fueron detenidos si denunciaron presunta corrupción en el municipio, recuerdan que el propio presidente Morales les dijo que “denunciemos a los funcionarios que han cometido malversación o incumplimiento de las normas; nuestros dirigentes han hecho eso pero (el Gobierno) no nos ha hecho caso y los han detenido”, se lamenta el dirigente cívico, Javier Quisberth.
“No le extrañamos para nada (al Alcalde)”, afirma Rubén Huanca; mientras Tallacagua añade que las organizaciones han renunciado a las obras para el municipio. “Como cantón ya no estamos pidiendo ningún proyecto. No vamos a recibir ningún proyecto de Edgar Ramos Laura”, afirma.
Los dirigentes vecinales se han organizado para intentar superar los problemas más urgentes como la acumulación de basura, aunque existen esfuerzos aún se ve el poblado lleno de desechos, las calles no tienen mantenimiento y las obras pendientes de ser concluidas están paralizadas, como el baño de casi medio millón de bolivianos.
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