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Derechos humanos

Drogodependientes, internos que viven en la indigencia por el abandono y la apatía estatal

Limpias explicó que antes los internos sin sección dormían en los pasillos del penal por el hacinamiento, pero ahora por lo menos tienen un espacio donde descansar y algunas catreras.
14 de noviembre, 2023 - 15:51
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Foto archivo: Página Siete
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La Paz, 14 de noviembre de 2023 (ANF).- “Son muchos y siguen lastimosamente consumiendo, pero nadie hace nada y están abandonados ahí, a su suerte”, dijo a ANF el director de la Fundación Munasim Kullakita (FMK), Riccardo Giavarinni. Se trata de los privados de libertad que se encuentran en las cárceles del país en condición de indigencia y que en el penal San Pedro de La Paz superan las 500 personas.

La socióloga especialista en temas carcelarios Magaly Quispe consideró esta situación, en general, como abandono estatal y en particular, con la situación de cientos de drogodependientes, como “apatía” de parte de las autoridades. 

“Yo podría definirlo como abandono estatal con las personas privadas de libertad, pero específicamente con este grupo (con adicciones) no es solo abandono, sino apatía completa”, remarcó.

El director general de Régimen Penitenciario Juan Carlos Limpias dijo al respecto que el gobierno viene trabajando en la implementación de un centro en el que se internarán a los drogodependientes para que sean tratados, pero el proyecto aún está lejos de concretarse.

“Vamos a tener el primer centro acá en La Paz de atención drogodependiente y vamos a trasladar a todas estas personas al centro que estamos construyendo justamente en Qalauma para ir con programas para que puedan ellos recuperarse”, señaló la autoridad en entrevista con ANF.

En la cárcel San Pedro de La Paz el principal grupo de consumidores de droga está conformado por los llamados sin sección, privados de libertad que duermen en salones comunes en medio de la suciedad y sin ningún tipo de control, donde de día y de noche consumen droga.

Limpias explicó que antes este sector de la población carcelaria dormía en los pasillos del penal por el hacinamiento, pero ahora por lo menos tienen un espacio donde descansar y en algunas catreras. La mayoría duerme en el piso sobre colchones de paja o lana.

“Lo que hemos hecho este último tiempo creo que es importante, generalmente la gente sin sección sale e ingresa a los centros carcelarios con un tema de drogodependencia, pero lo que estamos haciendo es aperturar, ya estamos a días, espero no sean muchos, de la inauguración de un centro de rehabilitación”, remarcó.

Giavarinni informó que la propuesta fue planteada el año pasado y durante ese tiempo se realizaron varias reuniones, pero aún no se concretó nada. Dijo que lo que se busca es que sea un centro integral con un importante equipo de especialistas para las diferentes terapias y no solo un lugar de medicación.

“De la propuesta ya son varios meses, desde el año pasado se está planteando, pero ¿cuándo se concretará? no te puedo decir, porque hay factores todavía que evaluar, desde la disponibilidad del Estado, reestructuración del centro que antes era destinado a las chicas, ahora se transformaría en un centro de terapia para adicciones, pero que no sea simplemente terapéutico con medicamentos como hacen muchas veces las comunidades terapéuticas, sino un instituto integral donde se tomen en cuenta todas las dimensiones de las personas”, señaló.

Indicó que la adicción es el reflejo o la manifestación de un problema que no se ha trabajado antes o ausencias o traumas o exclusión de factores externos a la persona, “hay todo un entorno social también que incide para que uno llegue a eso, quizás la falta de trabajo, la falta de economía, la falta de puntos de referencia que obligan o inducen a que el joven escape de la realidad refugiándose en la droga”.

Giavarinni explicó que el centro para tratar adicciones recibirá a privados de libertad entre los 18 y 28 años de edad de los recintos San Pedro y Qalauma. “Son muchos y siguen lastimosamente consumiendo, pero nadie hace nada, y están abandonados ahí, a su suerte”, remarcó.

Quispe explicó que en el caso del penal de San Pedro no todos los sin sección son consumidores de droga, sino que hay una parte de internos que comparte el lugar por la falta de recursos económicos para pagar una celda. 

“El estigma de las personas que tienen problemas de sustancias, que tienen conductas problemáticas a causa de este consumo, salpica también a las otras personas que están en ese lugar por carencias de recursos económicos, no todos puedan cubrir sus ingresos a las secciones porque tiene un costo vivir en la cárcel”, apuntó.

Señaló que el Estado debería responsabilizarse de la atención psicológica, social, emocional y física de estos internos, que se agrava por la deficiente alimentación, “es gente que está en muchos casos en la indigencia, y al igual que en la sociedad libre, el Estado no se encarga de las personas indigentes, porque por más que ellos tengan derechos no tienen una asociación de indigentes que reclame por sus derechos”.

Quispe agregó que estas personas reciben prácticamente solo la limosna de algunas iglesias evangélicas u organizaciones no gubernamentales que van esporádicamente al penal a hacer donaciones. “Las iglesias generalmente llevan comida, algunas llevan ropa, algunas veces utensilios de limpieza como jaboncillo o champú, pero al no ser constantes, el estado de indigencia en el cual se encuentran permanece y no hay grandes cambios”.

Sobre el centro de rehabilitación para adicciones, Giavarinni indicó que se tiene que establecer la modalidad de traspaso temporal del terreno que era de Qalauma mujeres al Estado, para que el Estado disponga los recursos que va a invertir. Dijo que, de su parte, preparó “una propuesta para que se pueda contar con un equipo de especialistas, porque no quisiéramos que este centro de terapias, simplemente sea dar medicamentos y mantener tranquilo a los chicos, sino que sea una intervención integral como tratamos de hacer en Qalauma”.

“Que además de la terapia específica de las adicciones, haya también terapia ocupacional, haya apoyo de psicólogo, trabajadora social y un médico y haya un trabajo con la familia para que también la familia participe, porque la parte emotiva, afectiva, emocional, tiene también su incidencia sobre estos chicos, para mantener la cabeza y las manos ocupadas, también todo lo que es la articulación con otras propuestas”, apuntó.

/FC/
 

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