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Cultura y farándula

Mujeres en las tablas: entre la participación y los roles de género

A propósito del FitCruz 2015, diez teatristas nos dan una radiografía de la actualidad en el teatro nacional
22 de abril, 2015 - 11:53
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Mujeres en el teatro boliviano . F. Collage
Mujeres en el teatro boliviano . F. Collage
María José Ferrel

La Paz, 21 de abril (ANF)
.- Los nexos entre el teatro y la mujer en Bolivia pueden tener muchas aristas, desde las cuotas de participación, pasando por el debate sobre las sensibilidades masculinas y femeninas a la hora de hacer arte, la maternidad y hasta el prejuicio de género a la hora de tomar roles dentro de la escena . ANF  entrevistó con 10 actrices, dramaturgas y directoras (además de Diego Aramburo) que se encuentran participando en el Festival Internacional de Teatro en Santa Cruz 2015 para que señalen algunos puntos importantes con respecto a este tema.

Claudia Eid, Denisse Arancibia, Wara Cajias, Camila Urioste, Mary Carmen Monje, Glenda Rodriguez, Piti Campos, Lia ‘Tik’ Michel, Teresa dal Pero y Patricia García fueron consultadas sobre el rol de la mujer en el teatro nacional. Ellas desde sus subjetividades coinciden en que se ve mucho más mujeres en el rol de actriz que en el papel de dramaturgia y dirección porque en la realidad boliviana aún conviven preceptos patriarcales y machistas.

“Se subestima a las mujeres que se ponen a escribir o dirigir y creo que las mismas mujeres no quieren asumir esos roles, entonces en cantidades y calidades de dramaturgos y directores, estamos disparejos”, indicó Claudia Michel, dramaturga destacada que acaba de presentar su obra "Princesas".

Así, Teresa dal Pero, actriz y cantante, secunda esta posición y señala que la presencia femenina en la escena nacional ha sido siempre consistente e importante, sobre todo a nivel de intérpretes y producción, sin embargo cada vez hay más mujeres en otros ámbitos como en la dirección y la dramaturgia. “No pienso que estos últimos sean roles más importantes, sobre todo en el teatro contemporáneo, pero se los asocia con cierto poder”, planteó Dal Pero que el año pasado ha descollado con su actuación en la obra de radio teatro "Drácula".

El devenir histórico de la mujer como construcción social

Otra de las variables es que en Bolivia todavía se le sigue negando la educación igualitaria a la mujer, y las artes no son la excepción, así recalcó Aramburo, “hay menos mujeres profesionales aún hoy, la mujer ocupa menos cargos de liderazgo en todas las áreas de desempeño profesional y no es igualitariamente pagada”. Para el director cochabambino aunque en Bolivia haya menos directoras y dramaturgas, “hay que decir que cualitativamente, su excelencia es superior si hacemos una simple comparación porcentual”. 

De cada seis creadoras en el país, al menos dos tienen nivel para tener presencia internacional. En cambio de cuarenta hombres que están creando, sólo seis tienen alguna presencia fuera del país. Esos son los datos que maneja Aramburo.

Para Piti Campos, actriz de teatro y protagonista de Juana Azurduy (próxima película de Jorge Sanjinés), pese a que hay más mujeres en la escena todavía se está viviendo en un estado "pluri/multi/patriarcal", “donde es difícil deshacernos de ciertas vivencias y/o pensamientos que el género masculino o femenino han depositado en nosotros/as”. 

Denisse Arancibia, cineasta y autora chuquisaqueña, ve que las razones históricas son inevitables a la hora de plantear algunos roles que siempre han sido vistos como masculinos:  “Eso necesariamente plantea novedad en estilos y contenidos, la necesidad de una temática algo más ‘femenina’, si vale el término; no sé que terminó usar, tampoco me funciona "mirada de mujer" mucho menos el término "feminista"; pero creo que se entiende el movimiento obvio y natural en el hecho de que las mujeres tenemos la necesidad de igualar el tiempo perdido al empezar a ocupar espacios que antes no eran utilizados por nosotras; eso afecta los resultados y por algunos años seguirá afectando; creo que es un fenómeno necesario y algo inevitable, encaminándonos hacia un futuro donde ser mujer u hombre no importe, y solamente interese el resultado entregado al público, dejando en sus manos las conclusiones y críticas”.

Para Patricia García el contexto machista es fundamental como una variable en lo que es la creación: “Desde el momento que uno toma la decisión de dedicarse al arte y debe enfrentar las convenciones familiares de lo que como mujer se espera de tí, hasta la que debe trabajar la parte técnica de una obra siendo directora o ir a encargar una estructura a un maestro carpintero. Siendo mujer uno se enfrenta a que preconciban una no sabe de esas cosas. Y a nivel más grande por ejemplo, a que como actrices no tengamos un sistema que nos ayude con la maternidad, etc”. La actriz tuvo excelentes críticas el pasado año por su participación en los 12 monólogos con la obra "Batman".

Mary Carmen Monje, actriz, dramaturga y directora del grupo El Baúl desde Santa Cruz dice que desde el aspecto técnico del teatro muchas veces “no te hacen caso” si es una mujer la que está a cargo. “Pero creo que es algo común en esta y otras profesiones en Bolivia, todavía falta un cambio de chip a nivel social. En todo caso veo que está creciendo, cada vez hay más mujeres directoras, dramaturgas y productoras. Sus miradas crean propuestas diferentes”.

Prejuicios de género y roles a jugar

Para Claudia Eid, ser actriz o productora es un rol mucho más común para las mujeres y veo que es difícil encontrarlas en dirección, dramaturgia, escenografía o técnicos de luces, “creo que aún hay esto de roles establecidos y en algún punto me molesta, porque no falta capacidad, pero quizás falta convencimiento”.

Para Wara Cajias, ganadora del último premio Abaroa en Artes Escénicas, en la mayoría de las obras priman los papeles masculinos y los que son femeninos, no son los protagonistas, por cuanto habría más ofertas de trabajo para actores varones. “Lo que sí puedo asegurar es que en Bolivia, seguramente por la educación machista, tanto hombres como mujeres desvaloran el trabajo de mujeres directoras y dramaturgas. A nosotras nos cuesta más ganar confianza y adquirir fondos”.

Cajias ha realizado un estudio sobre la situación de las mujeres en teatro de Bolivia donde se destaca que son más las mujeres que dejan la carrera en las artes a partir de los treinta años, que los hombres: “Esto se debe tanto a la falta de oportunidades como a la economía cultural del país, donde puede llegar a costar más el salir a trabajar y contratar a una niñera, que quedarse en casa”.

Dal Pero, por su parte indicó que aprecia las artistas mujeres que no se prestan a reproducir actitudes machistas, tanto en actuación como en otros ámbitos, se trate de comedias u otros géneros. “Eso me enfurece tanto de los hombres como de las mujeres, divulgar y sostener ideas baratas de la mujer, del hombre, de las relaciones entre géneros, tampoco comparto las propuestas que solo hablan desde y por la mujer”.

Según varias de las teatristas consultadas, a las mujeres se les confía más la realización de trabajos de producción, pero aquí “ser productora generalmente se trata de ser la chacha de un director, la que trae y consigue todo, pero no decide nada. Cuesta mucho trabajo y empeño superar la inferioridad con la que se trata a las mujeres y trabajar como dramaturga o directora, pero se puede y considero que más allá de la educación de los demás, debemos superar nosotras mismas nuestra educación machista y aprender a valorarnos y darnos un lugar; depende de nosotras”, declara Cajias.

Diferentes sensibilidades 

“Para mi existe una diferencia de lugares visitados, de experiencias y de formas de expresión. Si, esto también varía de persona a persona pero veo en colegas mujeres una urgencia y ansia de manifestarse que aparece de manera totalmente distinta en colegas hombres, quizás por la coyuntura, porque es ahora”, señaló Lia Tik Michel.

La destacada actriz cochabambina dijo que hay buenas propuestas hechas por mujeres pero pocas. “Creo que tenemos que dejar de ser políticamente correctas tratando de generar sólo reflexión sino más bien sacudir al espectador a bofetadas, como mujeres tenemos mucho que decir a gritos. Creo que nos falta perder la cordialidad”.

Arancibia indica que aunque le gusta defender la idea de que no hay diferencia en el trabajo en función del género, cree que es una respuesta más en defensa de su forma de pensar al respecto, que una realidad. “Quiero creer que mi trabajo, o el trabajo artístico de cualquiera no pasa por el género; pero es inevitable que mi "yo, mujer boliviana" afecte en los resultados al igual que afectaría si yo fuera hombre. Alguna diferencia de contenido y forma debe haber, lo importante es que sean todos legítimos, ahí creo que podemos llegar a que el género de las y los artistas no interesen. El momento en el que yo espectadora me deje afectar por el contenido y la propuesta sin que me interese si fue realizado y concebido por un hombre o una mujer, ahí el posible "género" del producto artístico dejará de importar. Hay que evitar etiquetar la obra por el género de su autor”.

Aramburo que ha realizado varias obras que tienen a la mujer como punto de partida, señaló que defiende la idea que la diferencia de género ojalá produzca matices distintos en las creaciones – “así como cada artista en general, ojalá tenga una visión única para proponer y no sólo formalizaciones estéticas”.  

Para el dramaturgo cochabambino, Bolivia es un país femenino y en ese contexto – el es un creador boliviano que piensa y produce desde estas culturas- . “Vivimos un país y una sociedad machista, pero femenina. De hecho, el machismo es sostenido por esta especie de matriarcado machista que se vive en nuestras distintas culturas. Veo que la mayor parte de las historias de Bolivia tienen una mujer alfa detrás de los hechos. Y son las propias mujeres que permiten protagonismo a los hombres, se lo ceden. Claro que hay "machos alfa" también, pero son menos que las matriarcas que desde la sombra hacen y deshacen -para bien y para mal, lógicamente”, desde ese punto Aramburo dice que su creación muestra esto de diversas formas. “Sea desenmascarando el machismo del hombre, el de la mujer, el de la sociedad entera, o sea dando protagonismo a acciones y personalidades femeninas”.

Para Dal Pero las energías masculinas y femeninas si bien son diferentes, son complementarias, inclusive en un contexto antagónico. “Estoy hablando de energías, por lo tanto no creo que las mujeres encarnan solo la energía femenina, así como los hombres solo la masculina. No obstante siento que muchas veces el aporte femenino en el arte, puede, dependiendo de muchos factores, representar una mirada transversal”.

“Creo que cada uno crea, escribe, dirige, actúa, desde su lugar y aporta su punto de vista”, afirma Eid sobre “las diferencias” al momento de asumir la labor de creación escénica.

Teatro y maternidad

 “Por suerte tengo un equipo de ayuda que hace no haya tenido que renunciar más que a la vida social, por así decirlo”, indica García consultada sobre tiempos cuando empezó su gestación.
  
“La actuación y la educación para mí son más que trabajo, es mi aporte a esta vida, por esto ni se me pasó por la cabeza hacer un stop.  Y siendo madre hoy veo todavía más importante mi labo”, señaló García que comenta que cuando la panza más evidente, “fue gracioso tener que hacer ese personaje embarazado”. Batman, de Aramburo se estrenó luego de que García dio a luz, “lo ensayé con panza y en un inicio que el plan era toque yo misma la guitarra, igual muy cómico con tremenda panza tocar guitarra eléctrica”.

García actuó en diferentes obras mientras estaba embarazada, entre ellas ‘Matame porfavor’ y ‘Di cosas cosas bien’, solo tuvo que ser remplazada en un festival que coincidía con su parto.  “Hoy si tuviese un hijo más creo que pararía todo unos seis meses para disfrutar más a fondo mi maternidad  y que el cuerpo recupere sin tanta presión pues el reto fue demasiado exigente con migo misma”
  
Glenda Rodriguez también siguió con su rutina normal durante su embarazo, “Emiliano cumplió un año el 7 de abril. Desde que tenía tres meses empezamos a trabajar”, señala la actriz que también es directora.

"La Navidad Perdida" fue el primer proyecto donde trabajó.  Luego, cuando Emiliano ya nació comenzó el proyecto "Juguetreando" con la obra de Teatro "Sueño de Verano", una adaptación de William Shakespeare para niños de 6 a 12 años. 

“Su presencia luminosa me inspira y me encanta trabajar cerca de la vibración de los peques, aprendo mucho de su mirada al mundo, su ritmo, me siento guiada por ellos y a la vez acercándome a Emiliano a su  nueva perspectiva, Emiliano juega”, indicó Rodríguez sobre su incursión en teatro para niños.

Como directora y creadora Rodríguez ha trabajado en "Sueño de Verano" y "Juguetreando", como asistente de dirección en el proyecto de Rodrigo Bellot llamado "Tu Me Manques".

Urioste, última ganadora del premio Abaroa en dramaturgia también es madre de dos niños. “Mi experiencia es similar a la de cualquier madre que trabaja: es necesario organizar los horarios, trabajar mucho en casa y contar con un sistema de apoyo conformado por el padre de los niños, sus abuelas, etc. Sin este apoyo es muy difícil que una mujer que es madre pueda trabajar”, señala. Para Urioste es curioso que mucha gente se sorprenda cuando se entera que tiene hijos, “como si tener hijos fuera casi sinónimo de una pérdida de libertad o imposibilidad de realización personal, lo cual por suerte no ha sido mi caso”.

“Tengo dos guaguas y ellos son los que me han devuelto la posibilidad de hacer teatro”, indica Piti Campos, quien cuenta que si bien dificulta por los viajes el hecho de tener un compañero de vida que comparte responsabilidades, es también parte de la estabilidad de la que goza.” Aunque todo sería mejor si se ganara más plata, claro está.  Entre todo es un trabajo que me permite la reflexión y la vivencia sensorial que me abre a otras posibilidades artísticas, eso me hace bien como persona y como mamá definitivamente si”.
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