Quise mostrar lo potente que puede ser la industria creativa del tatuaje al momento de rescatar y plasmar identidades perpetuas en la piel, usando elementos muy contemporáneos y modernos.
ANF: ¿Cuánto tiempo te tomó la elaboración del reportaje?
VS: Me tomó como unos dos meses escribir el trabajo, sobre todo por la parte de conseguir las entrevistas de los jóvenes que llevan los tatuajes del DRAW INKTATTOO en su piel. Tuve que localizarlos e incluso se consideró testimonios de jóvenes de otros departamentos y que radican también en otros países.
ANF: ¿Periodismo y el trabajo académico? ¿Cómo pudiste casar estos dos ámbitos?
VS: Pienso que el trabajo periodístico está vinculado al trabajo de investigación académica que realizo porque en ambos casos se requiere mucha investigación, entrevistas y hacer un trabajo de etnografía importante. El proceso de levantamiento de datos es similar, pero la manera de redactar el documento final es distinta, escribir un “paper” académico no es lo mismo que hacer un reportaje, son estilos diferentes. Así pude escribir reportajes para las revistas Bolivian Express, América Exótica (Chile) y Antrópika (España).
Roberto Oropeza y el "contrabando" de literatura entre Bolivia y Chile
ANF: ¿Actualmente a qué te dedicas?
Roberto Oropeza (RO): Tengo 31 años. Soy economista aunque no sé si eso venga al caso. Me dedico actualmente a ser editor y parte de equipo de la editorial Yerba Mala Cartonera.
ANF: ¿Qué tipo de editorial es esa?
RO: Nos dedicamos a la publicación de libros que usan como soporte el cartón. Formamos parte del movimiento cartonero de alguna forma, aunque no mantenemos relaciones estrechas con el movimiento.
ANF: Cuéntanos acerca del texto que realizaste, ya que según leímos tiene que ver mucho con el área en el que trabajas
RO: Vi la convocatoria allá por diciembre y tenía un tema en mente, las relaciones culturales bolivianos-chilenas que existen y se fortalecen más allá de la hostilidad entre ambos países. La Yerba Mala junto a varios socios o cómplices del ámbito literario ha organizado festivales y lecturas mismas que han posibilitado forjar lazos con editoriales de otros países, Chile y Perú en particular. Además que nosotros no creemos en el rollo chauvinista patriótico.
Me tomó como tres a cuatro semanas realizarlo. En sí era ordenar cronológicamente las actividades de acercamiento y la consolidación de lazos entre editoriales de los tres países. Ese era el centro sobre el que me quise basar, en el hecho de que los actores culturales, en este caso los literarios, están más allá de la geopolítica de los países.
ANF: El título de tu reportaje es “Territorio y Frontera: literatura de contrabando” ¿A qué refiere con ese último término “contrabando”?
RO: Porque la literatura entre estos dos países funciona así, por debajo de la mirada de los Estados, por debajo de los falsos conceptos patrióticos. La literatura, como si fuera una mercancía, yendo de un lugar a otro, traspasando las fronteras, borrando las mismas.
Me basé en las experiencias que tuvimos como editorial junto a nuestros amigos del área de letras de mARTadero y librería la libre, ambas de Cochabamba, y la creación de festivales y el intercambio de escritores entre países o las publicaciones bipartitas o tripartitas. Sobre cómo se tejen las redes literarias entre los distintos actores de los 3 países. Sobre todo Bolivia – Chile. Debo hacer mención a las editoriales Cinosargo, Libros del Cardo y Canita Cartonera. Las dos últimas de Chile y la primera un híbrido peruano-chileno.