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Opinión

Toribio, un cardenal que huele a oveja y a mina

21 de Mayo, 2018
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VICTOR CODINA S.J.
El Papa Francisco, el día de Pentecostés nombró 14 nuevos cardenales, muchos de ellos de lugares periféricos. Entre ellos a Toribio Ticona, un obispo boliviano emérito de una jurisdicción  campesina y pobre, que antes de ser obispo fue campesino, lustrabotas, minero, albañil y vendedor de periódicos.

Muchos seguramente habrán quedado sorprendidos con este nombramiento que rompe la imagen tradicional de cardenales  príncipes de la Iglesia, miembros de familias nobles y obispos de grandes capitales mundiales. Toribio responde  a otra imagen, la del pastor pobre y sencillo, siempre cercano al pueblo campesino y minero.

Varias veces he coincidido con él y recuerdo especialmente una ocasión en la que me invitó a un encuentro de Comunidades Eclesiales de Base en el distrito minero de Siglo XX. Toribio era el que servía a mesa.  
 
Este nombramiento no es casual, responde a la inquietud de Francisco de reformar la Iglesia, de volver a una Iglesia pobre y de los pobres, una Iglesia que salga a las periferias y sea un hospital de campaña, donde los pastores no sean capataces ni señores feudales, sino  servidores que huelan a oveja, que rompan el clericalismo recalcitrante y edifiquen una Iglesia Pueblo de Dios.

Esta designación es también una crítica a una sociedad que construye muros para defenderse de los migrantes pobres y en la que el representante del país más poderoso llamó “animales” a los migrantes extranjeros, un mundo, en el que se valora la riqueza, el consumo, el prestigio y el poder, y que se evade con el “pan y circo”  de bodas principescas y campeonatos deportivos espectaculares.

Frente a este mundo falso e injusto, el nombramiento de Toribio  significa que hay otros valores más importantes en la vida, como la honradez, el trabajo, la sencillez, la justicia y la solidaridad con los pobres.

En última instancia, este nombramiento nos recuerda el evangelio de Jesús, que vino no a ser servido sino a servir, lavó los pies a sus discípulos y dijo que  los más importantes en el Reino de Dios son los pequeños y los pobres.

Victor Codina, S.J.

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