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Opinión

HACIA UNA DICTADURA MEDIÁTICA

23 de Octubre, 2009
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MIGUEL MANZANERA, S.J.

Por Miguel Manzanera, SJ (.)
En el marco de la VII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América -Tratado de Libre Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), celebrada en Cochabamba el pasado sábado 17 de octubre, el presidente de Venezuela Hugo Chávez, durante un fugaz encuentro con los medios de prensa, respondió duramente a la periodista Jeysi Alanes, del canal Bolivisión, quien le había preguntado sobre si está apoyando la candidatura de Evo Morales para su reelección como presidente. El mandatario venezolano, visiblemente molesto, en un primer momento no respondió la pregunta, sino que la calificó de inmoral. Luego increpó a la periodista, acusándola de que la habían mandado y continuó haciéndole una serie de preguntas sobre su identidad y su trabajo y sobre su estado familiar, más propias de un juez que interroga a una persona sospechosa. Terminó diciendo que, aunque quisiera, no puede apoyar la campaña por no ser boliviano. Luego se despachó con una serie de consejos “paternalistas” a la periodista para que apoyase la campaña de Evo Morales, el auténtico salvador de Bolivia, frente a anteriores presidentes corruptos. Este incidente podría haber pasado desapercibido como otro más que sucede al calor de un encuentro político o incluso como un desahogo de un mandatario de un país que está atravesando graves dificultades y polémicas. Sin embargo, creemos que revela el
estilo de gobernar y sobre todo la visión política de Chávez con su cacareado socialismo del siglo XXI, que es el proyecto que quiere lanzar a nivel bolivariano. La Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Boliviana ha expresado en un comunicado su preocupación por la desproporcionada intervención del presidente Hugo Chávez, calificándola de una “agresión que mella la dignidad de los periodistas bolivianos y ofende la soberanía del pueblo boliviano”. Por muy presidente que sea Chávez no se puede permitir que humille públicamente a una periodista. Aquí mostró su talante prepotente de un dictador que no admite ni la menor crítica. La pregunta que hizo la periodista no sólo no es inmoral, sino que además es muy pertinente ya que responde a un interrogante que se hace la ciudadanía y que además está justificado por haberse realizado la Cumbre del ALBA en Bolivia en plena campaña electoral. Tal es así que la pregunta
puso el dedo en la llaga. Chávez se sintió aludido y no tuvo más remedio que negar enfáticamente su apoyo a la campaña de Morales, ya que, según él afirmó,
aunque quisiera, no podría hacerlo por no ser boliviano. Esa negación huele a una patente mentira, ya que, como mucha gente sabe,
gran parte de las “generosas ayudas”, como donaciones y préstamos, que hace Chávez a Morales son finalmente utilizadas, directa o indirectamente para la campaña electoral. A nadie se le escapa que el Presidente de Bolivia confunde el Estado Plurinacional de Bolivia con su propio proyecto partidista. Por ello, no sólo él y el Vicepresidente, sino también todos los ministros y los prefectos masistas actúan en la práctica como jefes de campaña. Hay que subrayar, además, que el concepto de “inmoral”, utilizado por Chávez, encaja en la “ética maquiavélica”, llamada así en referencia a Nicolás Maquiavelo (1469-1527). En su obra “El Príncipe” alaba el absolutismo político total. La sociedad política es el fin supremo al que todo lo demás debe subordinarse. El príncipe puede y debe mentir, robar, calumniar, encarcelar y matar, si es necesario o conveniente para alcanzar y conservar el poder. Esta finalidad es la norma de la moralidad. De aquí el famoso axioma “el fin justifica los medios”. Esta ética ha sido rechazada por la enseñanza de la iglesia Católica, que claramente indica que tanto los fines políticos como los medios para conseguirlos deben someterse a los principios y normas éticas y respetar los derechos humanos. Además, el tan cacareado proyecto socialista bolivariano del siglo XXI y el proyecto socialista indigenista del MAS no pasan de ser mesianismos políticos, totalmente utopistas, vale decir irrealizables, tal como se ha visto en la caída de los socialismos reales de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y en el giro de la República Comunista China hacia una economía cada vez más procapitalista. Es muy lamentable este hecho ocurrido en Cochabamba, pero mucho más lo es el proyecto dictatorial al que se quiere someter a nuestro país. Sintomáticamente ni Chávez ni Morales han hecho el menor gesto de pedir disculpas por esa falta grave contra la periodista que no hizo sino ejercer la libertad de expresión y de comunicación social, base de la democracia. La conculcación sistemática de este derecho lleva hacia la dictadura mediática con la consiguiente descalificación y represión contra todo ciudadano que se niega a ser indoctrinado y mantiene una actitud crítica. El caso más patente en América Latina sigue siendo Cuba, también presente en esta reunión del ALBA, donde hay denuncias veraces de que cerca de dos centenares de personas, acusadas de delitos políticos simplemente por haber expresado públicamente sus críticas a la dictadura castrista, son mantenidas encarceladas en situaciones infrahumanas. La Iglesia Católica claramente se adhiere a la defensa de los derechos fundamentales del hombre que brotan de la misma dignidad del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, y rechaza, en consecuencia, cualquier violación de los mismos.
(.) Sacerdote jesuita, académico y doctor en Teología

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