
Por OMARI ECCLESTON-BROWN
La Paz, 16 Oct. (ANF) - Las papeletas, aunque inmensas, han sido depositadas en las urnas y las mesas se han cerrado . En unos años, los libros de historia tal vez coincidan en que los bolivianos protagonizaron unas elecciones “históricas, inéditas y nunca vistas en el mundo”, como las definió el presidente Evo Morales al votar en Chapare, aunque casi al mismo tiempo, su vicepresidente Álvaro García Linera intentó convencer a los periodistas de que estos comicios fueron puramente judiciales. La política no vino al caso, argumentó.
Los periodistas también estuvieron presentes en las mesas donde Juan del Granado y Doria Medina emitieron sus votos. Frente a las cámaras, Juan del Granado, antiguo aliado del mandatorio convertido hoy en su principal oponente, hizo un gran show al marcar su papeleta con un contundente ´NO´ y exhortó a todo el país a hacer lo mismo. Que "nadie se quede en su casa”, dijo, y que todos los bolivianos digan “no al autoritarismo, no a la traición de una esperanza que teníamos todos los bolivianos".
Ni la prohibición constitucional de los cierres de campaña ni las apelaciones del vicepresidente han podido evitar que estas justas electorales se politizaran.
No obstante, hay algo en que todas las partes han coincidido. Desde el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el Defensor del Pueblo, hasta el presidente Morales y la oposición, han convocado al electorado a asistir masivamente a las urnas. En su conferencia de prensa, el vicepresidente expresó su voluntad de que voten los más de 5 millones de ciudadanos habilitados, aunque confesó su sospecha de que el número sería menor. Empero, pidió a los periodistas no caer en la falacia de comparar porcentajes y votos con las elecciones anteriores.
Pero los periodistas tampoco pueden alejarse de las cifras. Este sábado el TSE anunció que el padrón electoral creció en 43 por ciento en los últimos seis años. Es decir, desde que el Movimiento al Socialismo (MAS) fue elegido por primera vez. Y según el Órgano Electoral Plurinacional (OEP), un enorme 95,25% del electorado salió a votar. A manera de comparación, cuando el presidente Obama fue elegido en 2008 se habló de la asistencia más grande de los últimos cuarenta años en Estados Unidos. Menos de un 62% de los inscritos acudieron a las urnas.
Pero, en esta ocasión, no extrañaría que, a puertas cerradas, el MAS preferían una asistencia menor, porque si han acudido millones a las urnas las repercusiones serían probablemente más negativas para el partido de gobierno. Los 56 magistrados son elegidos por mayoría simple. Por lo que no tienen que preocuparse por un número elevado de votos nulo o ´No’. Sí o sí, los ganadores tomarán sus puestos. En cambio, una gran proporción de votos anulados, fácilmente puede convertirse en el muy anunciado plebiscito sobre la gestión de Evo Morales y su gobierno.
Como cree Víctor Villareal, quien aprovechó de las calles vacías para dar un paseo con su hija después de emitir su voto nulo: “No hemos podido elegir a los candidatos. El MAS los ha elegido y esto simplemente fue un show para legitimarlos. Mi voto nulo fue una muestra, una alerta, de que no es bueno gobernar a presión. Yo voté por Evo, pero no volvería a votar por él”.
Sin embargo, el análisis no debe quedar ahí. Sin duda los opositores del gobierno dirán que sí, pero un voto nulo no es lo mismo que un respaldo para ellos. Hay muchas razones por las que la gente ha tachado sus papeletas. Dar apoyo a la oposición es sólo una de ellas.
Por ejemplo, los marchistas indígenas del TIPNIS y los que los defiendan tenían sus propias razones. Alfredo López, un taxista de La Paz, también tuvo otra motivación para anular su voto: “No tenía ni la menor idea de quienes eran. Mi ´No´ no fue un rechazo al gobierno, fue un rechazo a la manera en que se ha gestionado la elección”, declaró.
Las mesas ya han cerrado y ahora empieza el conteo, pero cuando salga el resultado el análisis no debe quedarse en la superficie. El día habrá sido histórico de verdad si todos entienden lo que la gente ha tratado de comunicar a través de su voto.
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