Por JUAN LEÓN CORONEJO.
Traigo, desde el año pasado, una confusión enorme y no es cuestión de resaca, tras los festejos del año viejo, que más que festejos fueron lamentos. Y eso que todo apunta a que este será un año como corresponde. No en vano estamos comenzando con una jornada de descanso, como para curarnos en salud. No vaya a ser que comencemos
cansados y ahí, sí, se nos compliquen las cosas.
La confusión tampoco tiene que ver con eso de que somos un país en marcha porque unos marchan por los caminos para que no se haga un caminito y otros marchan por los mismos caminos porque quieren ese mismo caminito y eso que hay una ley que dice que no se lo puede hacer, pero parece que se podrá nomás porque alguien engañó al jefazo para que firme la ley. Al final, tal vez necesitemos después otra marcha para desempatar en tiempo extra antes de llegar a los penales. No sé.
La confusión apareció después de confirmarse que éste será el año del censo en el que tendremos que declarar, solemnemente, nuestra raza. Desde que conocí algunas de las preguntas de la papeletita del censo me pregunto a qué grupo pertenezco, y eso que nuestra Constitución reconoce 36 nacionalidades. Tantas, para todos los gustos y como para tirar al techo. Pero no pude encontrar mi casilla. Lo único que tengo en claro es que soy “originario” porque este es mi país de origen. El asunto es que no creo ser “originario” químicamente puro de ninguna de las 36 nacionalidades.
Estaba más o menos tranquilo, decidido a responder “no sé”, a la pregunta en cuestión. Además, a algún ocurrente se le ocurrió ya crear la categoría de los “interculturales”. Pero el lío comenzó a preocuparme después de escuchar al vice, que amenazó con el retorno de los “k’aras” al poder si algunos de los que nos gobiernan no hacen bien sus tareas. Hasta ahora yo creía que los “k’aras” estaban también gobernando, con corbatas de seda, camisa blanca y trajes a medida. Como el vice y la mayoría de los ministros, ¿no vé?. Pero si resulta que por ahora los “k’aras” están sólo al acecho esperando que los “t’aras” no hagan bien sus tareas, como dijo el vice, ya no sé si mestizos somos todos como creía hasta ahora, en que estaba convencido de que para bien o para mal, la culpa es de todos.
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