Ministro Romero sobre el operativo de rescate del viceministro Illanes: ''Nunca hubo un plan B''

La Paz, 27 de agosto (ANF).- El ministro de Gobierno, Carlos Romero aseguró el sábado que no había un plan “B” para ejecutar un operativo de rescate del viceministro Rodolfo Illanes, que involucrara el traslado de armamentos o la militarización de la zona de conflicto, ya que eso hubiese derivado en la “baja” de varias personas por la cantidad de arsenal y explosivos acumulados por el sector cooperativista. 

“Nunca hubo un plan B de la Policía para trasladar un cargamento de armamentos, tampoco consideramos en ningún momento la militarización. Alguna vez hablamos de la necesidad de mejorar muestra información por vía de reconocimiento aéreo, pero máximo nos restringimos a un dron porque el momento que hubiésemos desplazado un helicópteros, con seguridad hubieran dicho que esa era la muestra de la presencia militar”, señaló en conferencia de prensa. 

De acuerdo a versión extraoficial de algunos efectivos de la Policía, había un plan B, que consistía en usar armamento que fue trasladado hasta la zona de mayor conflicto, Panduro, y que era posible usarlo de ser necesario.  Sin embargo la orden fue no utilizar las escopetas que fueron trasladadas hasta el lugar por la alta probabilidad de muerte colectiva ante un inminente enfrentamiento con los mineros. 

Luego de participar del velorio de Illanes -quien falleció en manos de la turba de mineros cooperativistas- Romero dijo que cuando el extinto viceministro  fue secuestrado fue trasladado entre dos cerros, situación que fue informada además a la opinión pública.

Romero dijo en respuesta a las críticas de por qué no se diseñó un operativo policial y militar de rescate para socorrer a Illanes, que se hizo todo el análisis y se vio que por parte de los policías se tenían a aproximadamente 1.200 efectivos y del otro lado otras 8.000 personas se sumaban conforme pasaba el tiempo. 

“Si desarrollábamos un operativo policial era de alto riesgo para la vida del compañero Illanes, pero sobre todo hubiera generado muchísimas más bajas. porque era una operación que tenía que tener esas características y tomar los cerros y no los íbamos hacer con ave marías”, señaló.

El titular de Gobierno dijo que no se estaba enfrentando a un grupo de protesta social, sino a un movimiento altamente conspirativo que tenía el propósito de derrocar a la actual administración.

“Diré algo y me callaré, y luego dejaré que hablen las investigaciones del Ministerio Público por si solas (…). Este era un movimiento altamente conspirativo, un movimiento que estaba dirigido cuando menos a desestabilizar al Gobierno aunque entre las comunicaciones entre los cooperativistas se hablaba del derrocamiento del Gobierno”, afirmó.

Según Romero, el conflicto de los cooperativistas fue preparada con varios meses de anticipación y de manera muy sigilosa, pero además con una estrategia militar por la cantidad de arsenal de dinamita y explosivos acumulados en cantidades casi industriales instalados desde Mantecani hasta Panduro.

“Había una arsenal impresionante dirigida a generar bajas y muerte. Esa era la estrategia (…). Adicionalmente la zona de operación era una zona por su topografía, por sus accidentes topográficos, sus sendas, arroyos, riachuelos muy favorable para la gente movilizada y desfavorable para la policía, por eso las emboscadas eran una tarea fácil”, detalló.

El conflicto de los cooperativistas que surgió en rechazo de las modificaciones de la Ley General de Cooperativas que posibilita la sindicalización de los trabajadores y después con un pliego de 10 puntos, se trasladó a las carreteras y cobró la vida de tres mineros y un funcionario público.

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