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Opinión

Persecución a los autonomistas

6 de Noviembre, 2010
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MANFREDO KEMPFF SUAREZ

El rimbombante Estado Plurinacional de Bolivia tiene un hueso atragantado en la garganta que no lo deja respirar en paz y que trata de quitárselo a toda costa: son las autonomías. Y por supuesto que, como las autonomías no han nacido de la nada, la ira gubernamental está volcada contra quienes la tratan – o trataron – de hacer posible, es decir, contra los autonomistas visibles. ¿Y dónde están los autonomistas visibles? Están, como lo sabe todo el mundo, en Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando.

Pues bien, el “Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías” (¿habría que agregarle algo más?), se ha dedicado a una sañuda persecución de autonomistas, aunque juren quienes dirigen este nuevo Estado, que también lo son, y que forzados por las circunstancias, hayan tenido que incluir en la definición del Estado Plurinacional esa palabrita antipática que les suena mal: “…y con autonomías”, recogida en el texto constitucional.

La manera de cómo han montado el gran show del terrorismo para aprehender a los cruceños autonomistas, bajo la acusación de terroristas, no tiene parangón en Santa Cruz, ni en las más negras y abusivas represiones del MNR. Todo quien moleste al Gobierno masista está en capilla para tener que ir a declarar a La Paz sobre cualquier denuncia, y como la Justicia está puesta a dedo por el Estado Plurinacional lo más probable es ir a dar con los huesos a una mazmorra en San Pedro o en Palmasola.

Ya hemos visto el montaje infame que se hizo con el ex Prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, quien, hace más de dos años está encarcelado en San Pedro y a quien no lo dejan ni defenderse, ni hablar siquiera, en el juicio que acaban de instaurarle. Esa infamia pasará a convertirse en uno de los peores estigmas del MAS cuando llegue la hora en que deba rendir cuentas, que llegará sin la menor duda. Se acusó de supuestas matanzas a Leopoldo Fernández, cuando lo que se quería era borrarlo de la geografía pandina para quebrar el gran frente autonomista. Y lo lograron en cierta medida.

¿Y el gobernador Rubén Costas? ¿Y el gobernador Ernesto Suárez? ¿Y el gobernador Mario Cossío? Todos están acusados de una u otra forma por algo grave, aunque, en el fondo, todos lo sabemos también, se los quiere castigar por haber convocado a los victoriosos referendos autonómicos, cuando el Gobierno era todavía enemigo de las autonomías. A Rubén Costas lo quieren apabullar por “desacato” y llevarlo a declarar a La Paz, cuando los mayores desacatos en la historia nacional lo están haciendo en Bolivia y en el exterior los masistas. No existe mayor desacato a las leyes y a las libertades que las promovidas desde las más altas esferas por el Gobierno.

Hasta hoy está a salvo de alguna acusación descabellada el presidente del Comité Pro Santa Cruz, “Lucho” Nuñez. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuando deje el cargo? ¿Cómo en el caso de Alberto Melgar en el Beni? ¿O como Ana Melena en Pando, que vive en el exilio? Luis Nuñez les ha dicho, sin pelos en la lengua, muchas cosas en su cara a los del Gobierno, al propio Evo Morales, y eso va a significar una  venganza segura. Estos del MAS sí que aplican aquello de que la venganza es un plato frío. Es cuestión de esperar.

Hay que meterse en la cabeza que el Gobierno actual odia las autonomías y que si las ha tomado al vuelo como parte de su programa político, se ha debido a que no estaban dispuestos a recibir más palizas electorales en el oriente. Odian a las autonomías como odian a los autonomistas. No se puede deplorar una cosa sin la otra. Por lo tanto, podemos esperar que en Santa Cruz siga la caza de brujas, que sigan las citaciones del fiscal Soza, que sigan apareciendo denuncias montadas contra quienes ponen piedras en el camino del MAS.

S.E. y su Gobierno son de un centralismo absoluto. Evo Morales ama el poder total, no compartido. Se ha enviciado con el mando. Cree que gobernar es pasarla viajando y recibiendo aplausos. ¿A quién no le gustaría una presidencia así? Los forjadores de la Nueva Bolivia jamás podrían vivir cediendo atribuciones a nadie, mucho menos a las regiones autonómicas. Por eso es que en la nueva Constitución han hecho una merienda de negros con el tema autonómico, embrollándolo con lo departamental, regional, municipal,  y con la demagógica autonomía indígena originaria campesina.

No nos hagamos ilusiones si pensamos que la persecución en Santa Cruz va a menguar. Mejor es que pensemos que se multiplicará. El Gobierno sabe muy bien, demasiado bien, que la permanencia en el cargo de S.E. tiene como condición esencial que los cruceños estemos permanentemente acogotados, investigados, a salto de mata, sin posibilidades de reacción ante tanta ineficiencia y desbarajuste.

Tuvieron éxito con la trampa del terrorismo y eso es muy preciado para dejarlo a medias. Ahora vendrán juicios, citaciones a gil y mil, rostros de acusadores a quienes no volveremos a ver más, y horas diarias de propaganda televisiva, que, en el fondo, propugnan inquina nacional contra Santa Cruz.  

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