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Opinión

La lengua es el castigo del cuerpo

20 de Junio, 2012
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HAROLD OLMOS
Una de las noticias destacadas en lo que va del semana es la aseveración de la Ministrade Comunicación, Amanda Dávila, de que la diplomacia brasileña procura un encuentro con el presidente Evo Morales, quien esta semana estará brevemente en Rio de Janeiro, para explicarle por qué su país decidió otorgar asilo al senador pandino Roger Pinto. La portavoz gubernamental salió al paso de versiones que estos días decían que sería el presidente Morales quien buscaría una reunión con su par de Brasil, la presidente Dilma Rousseff.

Dijo la ministra, citada por Agencia de Noticias Fides: “El presidente Evo Morales no está buscando una reunión con autoridades brasileñas. Lo que sí sabemos es que las autoridades brasileñas están buscando una reunión con el presidente Evo Morales, me imagino para explicar esta situación” (de la concesión de asilo al legislador pandino). Y enseguida agregó: “Se han dado cuenta que ha habido un error de apreciación y de apresuramiento…seguramente las autoridades de Brasil están interesadas en explicar por qué razón ha habido este apresuramiento”.

De la lectura de esta declaración se deduce que el Brasil de Dilma Rousseff busca con ansiedad ese encuentro para presentar excusas a la Bolivia de Evo Morales. Es posible que en los próximos días se sepa si el encuentro verdaderamente ocurrió y cuáles habrían sido los términos de la explicación que una de las diplomacias más serias y cautelosas del mundo querría dar a su vecino. La supuesta ansiedad brasileña habría sido detectada en una comunicación del canciller brasileño Antonio Patriota con su similar boliviano David Choquehuanca “para tratar este tema”.

Fuentes en Brasilia a las que consulté me dijeron que hasta esta noche no existía, oficialmente, ninguna previsión sobre un encuentro del presidente Morales con su colega de Brasil Dilma Rousseff, menos aún en el marco de una explicación al gobierno boliviano por parte de Brasil sobre la que especuló la ministra Dávila. Tampoco es111taba previsto algún encuentro de alto nivel con algún propósito similar entre otras autoridades de los dos países.

Bernadette Devlin, la luchadora por los derechos civiles y la democracia en Irlanda, cuenta en sus memorias que su padre le enseño desde muy niña: “Le lengua es para tenerla detrás de los dientes”. En  Venezuela hay un dicho semejante que solía utilizar con frecuencia el fallecido presidente socialcristiano Rafael Caldera: La lengua es el castigo del cuerpo.


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