Ventas por internet, nuevo riesgo de trata y tráfico

La Paz, 3 de enero, (ANF-Brújula Digital). - El comercio online o por internet es una actividad que cada año va en aumento en el mundo y Bolivia es un país donde también se registra este tipo de venta con más frecuencia y por el momento sin ninguna regulación específica, lo que representa varios riesgos para el consumidor, como la trata y tráfico de personas.

El viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, Guillermo Mendoza, dijo que con el ingreso de la venta por internet, como un nuevo sistema de comercio moderno, también aparecieron “temas graves”, que no sólo se limitan en la publicidad engañosa, sino en delitos “como la estafa y la trata y tráfico, que están insertos dentro de la oferta por la red”.

Recomendó a los consumidores a tener mucho cuidado, porque al menos en Bolivia, se identificó que en su mayoría los adolescentes son los que buscan ofertas en internet y se contactan con los vendedores para luego hacer el intercambio del producto en una cita personal.

“Así que la recomendación es que el encuentro sea en lugares muy públicos y concurridos, no acepten reunirse con personas en lugares muy apartados, tenemos conocimiento de que la trata y tráfico está a la expectativa de captar víctimas y hemos visto que, en estas relaciones de ventas por internet, una gran mayoría son adolescentes, jovencitos y muchachas, que, por comprar sobre todo bisutería y maquillaje, acceden muchísimo a la compra por internet”, afirmó.

Y este tema –agregó– por el momento no tiene solución porque en el país todavía la venta por internet es libre con todos los riesgos que eso implica.

Por eso, el Viceministro ahora analiza varias iniciativas y una de ellas busca crear una plataforma donde se encuentren registrados los sitios de venta reales e identificados.

Lo que queremos es “establecer un acuerdo con la Cámara de Comercio, con la finalidad de crear sitios seguros, que engloben a empresarios, a microempresarios, a personas individuales (y todos los que se dediquen a la venta online), pero que sean ubicables y se presenten ante la Cámara con nombre y apellido, y en la predisposición de solucionar controversias si es que se dieran”, señaló.

La idea no es satanizar ni generar una persecución dentro de la red, sino tener una plataforma absolutamente gratuita y segura, luego si los compradores continúan arriesgándose en otros sitios inseguros, ya será su elección.

De hecho, el Viceministro en este tema se mostró muy cauto y aún no quiere hablar ni de un anteproyecto de Ley de regulación de las ventas web por temor a que se genere susceptibilidades.

“No pensamos todavía ir por el tema legislativo. Pero los Estados todavía no encontraron la manera de regular las redes, además que existe desde luego una susceptibilidad en el sentido de que, si un Estado eleva algún instrumento legislativo, podría interpretarse como un atentado contra la libertad de expresión, por lo tanto, los Estados se inhiben de hacerlo y las redes se convierten en un lugar absolutamente lleno de matices”, remarcó.

El atrio de la Empresa de Correos de Bolivia (Ecobol) en la ciudad de La Paz se convirtió en los últimos años en uno de los lugares más comunes de citas de vendedores y compradores.

En una visita que hizo este medio de comunicación a ese sitio, se observó a una gran cantidad de mujeres y también algunos hombres sentados en las gradas de acceso a Correos junto a unas carteras de gran tamaño o bolsas de plástico.

En un primer momento aparentan ser transeúntes comunes que esperan a sus familiares o amigos, pero el común denominador de estas personas es que todas están muy atentas a su entorno y a la vez escribiendo de manera incesante mediante sus celulares.

En aproximadamente 20 minutos, dos mujeres se encontraron en el lugar con otras dos personas del mismo sexo y después de un breve saludo, inmediatamente hicieron la transacción.

En ambos casos se vendió ropa y llamó la atención que una de las compradoras no sacó la prenda de vestir ni de la bolsa plástica antes de entregar el dinero a la comerciante.

En una tercera venta, un joven llegó hablando por su teléfono y luego se encontró con otro hombre que también estaba sentado en las mismas gradas. En este caso, la conversación fue más larga porque el vendedor le mostró un celular que se supone era usado porque luego ambas personas, en medio de una conversación “amena”, se fueron rumbo a un centro de reparación de teléfonos móviles.

En este tipo de transacciones comerciales y en una sociedad ingenua como la boliviana, los riesgos aumentan. Generalmente, en el caso de nuestro país, incluso la gente es muy tímida a la hora de reclamar, según Mendoza.

“Somos los más ingenuos del continente y además hay otra particularidad, somos tímidos para reclamar, consideramos que es una pérdida de tiempo acudir a una ventanilla del Estado, creemos que porque compramos en un mercado informal ya no tenemos ningún derecho, y no es así, las personas que compran aún sin ser de un mercado formal tienen todo el derecho de reclamar”, indicó.

Asimismo, identificó a la sociedad boliviana como desinformada porque no sabe ni de sus derechos de consumidor. Esto ocurre porque “nos aburren las leyes y eso nos genera personas más indefensas”, sostuvo.

Dijo que Defensa del Consumidor registró incluso casos en los que increíblemente las personas interesadas en comprar no averiguaron ni con quién estaba haciendo el contacto para hacer la transacción. Y es que no todos los negocios se consolidan en un encuentro personal, como ocurre en Correos, sino mediante depósitos bancarios.

Entonces “cuando se va a buscar al proveedor no es encontrado, les dan direcciones falsas, las personas compradoras no piden ni una foto del carnet (de la persona con quien se contactan por internet) y cuando vienen aquí dicen es una persona que publicó en una página y no saben nada más, por tanto, en algunos casos se nos hizo muy difícil encontrar a los proveedores”, lamentó.

Pero en otros casos se encontró a los vendedores y hasta se llegó a una conciliación o recuperación de dinero.

Mediante los reclamos ante el Viceministerio de Defensa del Consumidor, se logró recuperar más de seis millones de bolivianos a favor de los compradores entre el 1 de enero y 15 de diciembre de 2017.

“Se hicieron devolver desde audífonos de sordera equivalentes a 1.600 dólares, hasta un auto 0 kilómetros. En fin, productos diversos”, celebró Mendoza. 

Sin embargo, aclaró que este registro es por ventas en general y no específicamente por el comercio web.

En el caso exclusivo por ventas online, el Viceministerio sólo recibió alrededor de 15 reclamos.

Las ventas por internet y la falta de suficientes mecanismos de control, generan preocupación no sólo en Bolivia sino en otros países.

Por eso en agosto de este año se realizó en La Paz el primer encuentro de intercambio de experiencias sobre Defensa del Consumidor del Mercosur con el objetivo de regular el comercio por internet.

“En el mundo de la integración informática, de las redes sociales, en el mundo de los servicios por Internet, de los reemplazos de la interacción física, de la interacción directa, obviamente se necesita modernizarse, actualizarse, incrementar los mecanismos de defensa del consumidor”, afirmó entonces el ministro de Justicia, Héctor Arce.

A la conclusión del evento, se estableció que el comercio del futuro próximo estará en internet y esta situación es irrefrenable, lo cual significa que aquel comerciante que no use la red para promocionar sus productos, estará perdido o tendrá al menos una serie de desventajas frente a sus competencias.

Pero mientras en la región aún se analiza este tema, en otros países como China, ya se avanza en la regulación.

Hace algunos días, la agencia Xinhua dio a conocer que la Administración de Alimentos y Medicamentos de China (AAMCh) presentó un proyecto de ley sobre la supervisión de los negocios de medicamentos por internet.

"Los operadores de medicamentos en línea deben garantizar también la entrega calificada de los medicamentos adquiridos en línea, establecer un sistema de recepción de quejas y proteger los derechos del consumidor y mantener un registro de reacciones adversas a medicamentos", explica el documento.

El proyecto plantea que las personas que busquen operar un negocio de medicamentos en línea deben reportar la información correspondiente a los departamentos locales de alimentos y medicamentos para recibir un certificado.