Padres de niños con cáncer imploran solución al conflicto entre médicos y el Gobierno

La Paz, 20 de diciembre (ANF).- Con gritos y lágrimas, un grupo de padres de familia de la unidad de Oncohematología del Hospital del Niño implora por una pronta solución al conflicto entre médicos y el Gobierno que lleva ya 28 días en todo el país. Los padres temen que sus hijos queden en el abandono y desprotegidos, una vez que se concrete la renuncia masiva y despidos de los especialistas de ese centro de salud.

“Aquí los niños son muy delicados. Los doctores vienen a atender a nuestros hijos, luego se van a sus marchas, pero el Gobierno hasta ahora no da su mano a torcer ¿Acaso no piensa en la salud de los enfermos? ¿Por qué no dialoga de una vez?  No queremos que nuestros médicos se vayan o los despidan ¿Quién se va hacer cargo de nuestros hijos? ¿La ministra?”, cuestionó Pamela, una de las madres.

Otra de las mamás, Patricia Mendoza, quien tiene a su cargo una pequeña con leucemia, imploró a las autoridades de Estado a entablar un diálogo urgente con los galenos para poner fin al conflicto que afecta a cientos de pacientes por la falta de atención.

“Los médicos están entre la espada y la pared. Aquí por lo menos (en Oncohematología) no han suspendido las atenciones ni cirugías, pero este conflicto está afectando a nuestros hijos, a los mismos doctores y ahora nos dicen que los van a despedir por ir a las marchas. Cuando aquí solo tenemos tres especialistas, si los votan, nuestras wawas van a morir porque en el país no hay muchos especialistas en oncología pediátrica, en La Paz son los únicos”, relató.

¡Piedad!

María Averanga, madre de un menor con complicaciones en la uretra, clamó piedad para los pacientes del nosocomio infantil y aseguró que la operación de su hijo se suspendió debido a las protestas.

“Por favor tengan piedad de los niños del hospital (del Niño). Que el Gobierno le dé ítem a los doctores, en mi caso la cirugía de mi hijo en Urología se ha suspendido y el Gobierno me dice que vaya donde los cubanos, pero no necesito un médico general, sino un especialista y el único cirujano urólogo pediátrico se va ir a fin de año y ¿qué va ser de mi hijo?, ¿quién me lo va operar? Por favor, piedad”, acotó.

Desde el 23 de noviembre los médicos del sector público y la seguridad social mantienen protestas en rechazo al Decreto Supremo 3385 de la Autoridad de Fiscalización y el artículo 205 de la nueva Ley del Código del Sistema Penal que ya fue promulgado por el Gobierno.

Piden apoyo

Los padres también demandaron apoyo al Estado para que sus hijos puedan continuar con el tratamiento que muchas veces es difícil costear por los altos precios de los medicamentos y sesiones de quimioterapia. Proponen que el Seguro Universal Materno Infantil (SUMI)  que da cobertura de salud hasta los cinco años se amplié hasta los 18.

“Queremos que se extienda el SUMI hasta los 18 años. Hay papás que tienen que luchar, pedir limosnas en las calles para curar a sus hijos. En casos extremos, los abandonan en los hospitales o interrumpen los tratamientos y regresan cuando el niño está a punto de morir, todo por falta de apoyo”, aseveró.

Dijo que pese que hay fundaciones y organizaciones solidarias que apoyan a los pacientes, la ayuda muchas veces es insuficiente porque hay medicamentos que cuestan entre 400, 3.200 y 8.000 bolivianos que se requiere para las sesiones.

“El filgrastrim cuesta 400 bolivianos, y se requiere por semana 7 dosis para que no bajen las defensas de nuestros hijos. La aféresis en casos de leucemia cuesta 3.200 y la asparaginasa está 8.000”, detalló.

Lamentó que Bolivia sea el único país donde el Estado no apoya a las familias de pacientes con cáncer y que por esa situación muchos deban dormir en los pasillos y hasta en la sala de emergencia por falta de recursos.

“En otros países la atención es gratuita, hasta tienen casas de acogida para las familias. Aquí si uno viene del interior tiene que dormir en los pasillos, en emergencias y casi no comes porque no hay plata por los costos de los tratamientos, de la internación que como mínimo es un mes. Es difícil ser papá con un niño con cáncer”, indicó Mendoza.

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