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Nacional Sociedad

Los retos regionales y políticos en un país despoblado

El 85% de los bolivianos vive en tres departamentos del país; apenas el 15%, en los otros seis, devela Carlos Hugo Molina en un diálogo con Iván Lima sobre la reconfiguración política tras las elecciones generales.
31 de Octubre, 2020
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Iván Lima y Carlos Hugo Molina en una entrevista el 24 de octubre. Foto: ANF

Javier Aliaga

La Paz, 31 de octubre (ANF).- Las distinciones entre el campo y la ciudad, o entre oriente y occidente, y las generalizaciones hablando de collas y cambas suelen implicar prejuicios, desconocimiento y mitos que impiden comprender mejor la realidad y los reclamos de las regiones.

Ahora que el Movimiento al Socialismo (MAS) se ha impuesto con una mayoría absoluta en las elecciones generales (55,11 %) y los partidos se disponen a participar en los comicios para elegir a 9 gobernadores y a las autoridades de 339 gobiernos locales en marzo del 2021, es clave prestar atención a los datos poblacionales, al éxodo campesino hacia las ciudades capitales, a las demandas de pacto fiscal, autonomía y federalismo, y a la urgencia de debatir cómo democratizar los partidos para permitir mejores candidaturas en las elecciones subnacionales.

La Agencia de Noticias Fides convocó a los juristas y analistas Carlos Hugo Molina, de Santa Cruz, e Iván Lima, de La Paz, para tratar esos temas en el programa “Hablar de Bolivia con una taza de café”, en el contexto de la reconfiguración política producida en las recientes elecciones.

Uno de los datos sorprendentes citado por Molina, especialista en descentralización y migraciones, es que la concentración poblacional en los departamentos del eje central, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, equivaldría actualmente al 85 % de la población nacional y que los otros seis departamentos (Oruro, Potosí, Chuquisaca, Tarija, Pando y Beni), solo tienen al 15 %.

Las estimaciones indicaban que el año 2032 la concentración de gente en el eje central iba a ser del 83 %, pero “la buena o la mala noticia es que en este momento ya somos el 85 %”, afirmó.

El porcentaje resulta de tomar en cuenta el porcentaje de electores, 73,16 %, que vive en el eje central con el añadido de la población menor a 18 años, que no participó de las elecciones.

Además, el país tiene tan poca población para un territorio de 1 millón de kilómetros cuadrados que si los 11 millones de bolivianos se fueran a vivir a Santa Cruz, la tasa sería de 30 habitantes por kilómetro cuadrado. “El Salvador tiene 330, Guatemala, 156; el Ecuador, tiene 240; España, tiene 90”, comparó Molina.

Para el caso cruceño, el analista señaló que si a los 70.000 habitantes que tenía la capital en 1960 se le aplicara una proyección de crecimiento en base a los censos normales, su población actual debería ser de alrededor de 300.000 habitantes. Sin embargo, tiene un millón y medio más, producto de las migraciones.

Deben ser pocos los cruceños sin ascendencia en el occidente, aunque Molina no los encontró cuando entre sus seguidores en redes sociales preguntó quiénes no tenían ese ascendente.

Molina lleva trabajando sobre los números de la población boliviana desde hace siete años con el objetivo de poner los mitos sobre la mesa y debatirlos para comprender el vaciamiento del campo, pero también para “pensar a Santa Cruz de manera diferente”.

Por ejemplo, sostiene que hoy en día ya no es posible diseccionar quiénes son o no son cruceños ya que está probado numéricamente que Santa Cruz concentra una población muy diversa, nutrida de forma mayoritaria por los desplazamientos migratorios desde el resto del país.

Por eso también cuando se le pregunta qué piensa de diferencias entre oriente y occidente, defiende que ya no es posible hablar en esos términos: “Yo suponía (…) que había temas que habían sido superados o habían sido avanzados en su resolución. Esto de los karas y contra los indios, esto de lo urbano contra lo rural y viceversa, esto de oriente contra occidente, porque si yo lo analizo estrictamente sobre la base de la realidad objetiva ya no es posible”.

En ese sentido, el analista aboga por pelear contra nuestros prejuicios para buscar “respuestas sustantivas” al “centralismo mal entendido” que también perjudica a La Paz para debatir soluciones federales, “no como ruptura, sino como respeto a la diversidad”.

“Me parece que hay que ponerle el cascabel al gato”, retó Molina.

Estos son algunos desafíos que afrontará el nuevo gobierno de Luis Arce en el marco de la reconfiguración política, pero que se completará en los comicios subnacionales del 2021.  En este punto, Molina recuerda que en las anteriores elecciones municipales, el MAS solo ganó en dos de las diez alcaldías más importantes del país.

Lima: No se repite lo nacional en lo departamental y en lo municipal

Para Lima, el hecho de que el MAS se haya impuesto con una mayoría absoluta (55,11 %), en la Cámara de Diputados lograra 75 de los 130 curules y en el Senado, 21 de los 36 escaños, no significa que esa presencia territorial se replique en los comicios subnacionales.

“Yo de verdad creo que no se repite lo nacional en lo departamental y en lo municipal”, dijo Lima para explicar que esos procesos electorales van a implicar necesariamente nuevas dinámicas de diálogo en los municipios y los departamentos para generar más democracia.

Tampoco ve probable que se repita el voto identitario a favor del MAS en contraposición, por ejemplo, al discurso regionalista reivindicado desde el Comité Pro Santa Cruz.

En el nivel político, subrayó que los partidos, y en particular el MAS, tienen el desafío de aprobar en congresos sus nuevos estatutos según la ley de Organizaciones Políticas para permitir una mejor representación en las asambleas departamentales y en las concejalías municipales.

“Yo entiendo que incluso debería haber primarias para los concejales, pero no nos da para esta elección, pero debería ser la tendencia. Que los procesos de democracia interna sean muy fortalecidos”, dijo Lima.

Así, el jurista abogó por partidos modernos, democráticos, eficientes en su diálogo con la sociedad, en lugar de “sistemas caudillistas que no respetan el estatuto y hacen lo que quieren dentro el partido”.

Para analizar lo urbano y rural, Lima pidió hacerlo en un contexto de gestión de los recursos económicos y nuevas formas de encarar los problemas como por ejemplo el que afronta la ciudad de La Paz con los cinco municipios aledaños, irresueltos por más de veinte años.

La metropolización, agregó, plantea “una serie de problemas y preguntas que tiene que asumir esta gestión de gobierno y ahí sí los dos tercios van a ser interesantes porque vamos a poder tener un diálogo con todas las visiones y lograr construir leyes y proyectos”.

La Asamblea Legislativa, según dijo, es el mejor escenario para los debates de fondo como el pacto fiscal que demandan las regiones para contar con mayores ingresos.

 Al respecto, consideró que, si Arce no tiene la capacidad “de tomar decisiones importantes en el pacto fiscal, no vamos a salir adelante en lo que se viene, que es una profunda crisis económica y de salud”.

Y es que, más allá de los discursos hay una realidad regional con problemas concretos que necesitan de una articulación de los diferentes niveles de gobierno para mejorar la convivencia entre los bolivianos.

/JA/ANF/

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    Elecciones,Política,Campo-ciudad,Oriente-occidente,Tensiones