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Nacional Sociedad

La pobreza obliga a Noemí de 9 años a trabajar cosechando coca para mantener a su familia

Noemí faltaba a clases para ir a trabajar cosechando coca en Caranavi, donde ganaba entre Bs 20 y 60 por día y con eso podía comprar allimentos para su papá que sufre una enfermedad degenerativa y su hermana Miriam.
15 de Abril, 2022
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Don Pedro observa a su hija Noemí. Foto: ANF
Don Pedro observa a su hija Noemí. Foto: ANF
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La Paz, 15 de abril (ANF). – “Profesor discúlpame, no hice la tarea. Tenía que ir a trabajar porque no tenemos nada de comer en mi casa”, le confesó llorando Noemí de 9 años a su profesor Rubén Mamani, quien se sorprendió al escuchar el relato de su pequeña estudiante que ya había faltado dos días a clases en su colegio San Pedro, ubicado en el municipio de Caranavi.

Pero no se imaginó que las palabras de la niña escondían una dura realidad. Cuando fue a visitar a Noemí a su vivienda, el profesor se llevó una gran sorpresa cuando vio al padre de la niña, don Pedro postrado y discapacitado, a Miriam, otra niña de 12 años que no podía caminar debido a una fractura en la cadera y lloraba de dolor. La escena fue tan desgarradora que el docente no pudo aguantar las lágrimas y más aún cuando se enteró que no hace días no tenían alimentos.

“Era un día lunes y Noemí tenía que presentarme su tarea, pero llorando me dice, profesor no hice la tarea, tenía que ir a trabajar, no tengo nada que comer. Mi papá está enfermo, mi hermana su cadera está rota y yo soy la que mantengo mi hogar. Eso me conmovió”, relata a la ANF.

Ahí descubrió que Noemí faltaba a clases para ir a trabajar cosechando coca en Caranavi, donde ganaba entre Bs 20 y  60 por día y con eso podía comprar algunos productos para alimentar a su papá y a su hermana Miriam que la esperaban en su hogar, una vivienda precaria.

Desde ese día, el profesor Rubén se reunió con los pobladores de esa comunidad para plantear soluciones a la situación de vulnerabilidad y sufrimiento que padecía la pequeña familia de Noemí, quien hace años fue abandonada por su progenitora. Los pobladores decidieron autorizar al profesor para que traslade a don Pedro y la hermana de Noemí hasta la sede de gobierno para buscar ayuda médica.

Una vez que arribaron a la ciudad de La Paz, el profesor Rubén junto a otra de sus colegas  buscó ayuda en el gobierno para costear el tratamiento de don Pedro y su hija.

“Quiero que se cure mi papito

Noemí acompañó a su papá y su hermana hasta el municipio paceño. La niña pide ayuda para su familia y revela que trabaja desde hace más de un año para ayudar a su progenitor. Muchas veces tiene que caminar largas distancias para encontrar un trabajo, algunos la rechazan por su edad, a otros no les importa porque le pagarán menos por su esfuerzo. En otros sitios se solidarizan por su situación y le pagan Bs 60 por recoger 18 libras de coca.

“Es fácil cosechar coca”, dice con timidez Noemí, mientras le acerca a su papá una botella con agua y medicinas. Cuenta que cuando tiene que trabajar sale a las 06:00 de la mañana de su casa para llegar hasta los sembradíos de coca.


Noemí junto a su papá.

Uno de los anhelos que guarda en su corazón es que su “papito” se cure y todo regresa a la normalidad. “Quiero que mi papito se cure, eso quiero, también que la Miriam se sane y camine”, dice y recuerda que se su hermana se accidentó cuando jugaban en un árbol y allí se balanceaban de las ramas, hasta que una cedió y Miriam cayó con fuerza al piso y de ahí no pudo moverse más.

Esa situación lo confirma don Pedro, el papá de las niñas. “Estábamos en el río y ahí estaban jugando y un de repente se cae la Miriam, le dolía su cintura, no le he podido llevar al médico por falta de plata”, cuenta con tristeza.

Después de varias gestiones, el profesor Rubén logró que don Pedro sea evaluado por un especialista en el hospital El Alto Sur y también Miriam fue operada en el hospital del Niño, pero aún faltan más estudios y tratamientos para superar los dolores.

Rubén que trabaja hace más de 30 años en la docencia admite que no dejará sola a la familia de Noemí hasta que se recuperen.

“A mí mismo me he prometido que no los voy a dejar, me ha conmovido tanto esta situación, yo tengo cinco hijos. Me da mucha tristeza ver a don Pedro en esa situación y a sus hijas, ha sido muy duro”, señala, mientras se limpia las lágrimas que le caen por las mejillas.

La familia de Noemí sigue necesitando la ayuda de la población y para aportes pueden contactarse al 73035839.

/MLA/

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