La Paz, 13 de octubre (ANF).- De acuerdo a un estudio
realizado en la carrera de Psicología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA),
gran parte de la población siente temor y desconfianza a la hora de comprar
medicamentos incluso en farmacias. Esto también se debe a que más de la mitad
de la población admitió no tener información suficiente sobre este tema.
La investigación fue realizada por estudiantes de la materia de Psicofisiología a la cabeza del doctor Rodolfo López Hartmann, docente de la carrera de Psicología; para ello se utilizó una encuesta aplicada a 1317 personas mediante una app de celular cuyos resultados se procesaron en una plataforma de internet llamada Surveymonkey.
López refiere que este estudio se llevó a cabo ante la inquietud que generó en la opinión pública la venta masiva de medicamentos falsificados y el descubrimiento de redes millonarias dedicadas a este ilícito incluso durante años en nuestro país.
“Hay que tener en cuenta, que, en una población de más de 1300 personas, el 50 % no confía en los medicamentos que compra y que el 43% cree que ha comprado en el pasado, medicinas adulteradas o falsas”, explicó López a ANF, hecho que causa malestar entre la población pero que además devela la falta de control de calidad de medicamentos en nuestro país.
Enfatizó que es por esta razón, que este estudio es un aporte valioso que interesa sobre todo a las instituciones encargadas de controlar la industria y distribución de medicamentos en el país.
“Los resultados muestran que hay niveles de corrupción, de descuido; y es algo que interesa a nivel de SEDES, de aduanas de control, en preventas, en farmacias, es decir toda esa cadena”, afirmó.
Medicamentos falsificados
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define medicamento falsificado como "un producto etiquetado indebidamente de manera deliberada y fraudulenta en lo que respecta a su identidad y/o fuente".
Un medicamento falsificado puede tener serias consecuencias en la salud de las personas, pudiendo incluso ocasionar la muerte o daños permanentes.
Al respecto López refiere que en el país lamentablemente se comprobó que existe “un control de calidad nulo”, y recomendó adquirir medicamentos de farmacias certificadas.
En Bolivia el mes de abril una investigación policial que siguió el rastro de los proveedores de “pildoritas, llevó a descubrir enormes depósitos de fármacos.
Posteriormente se descubrió una fábrica clandestina en Desaguadero, donde se hallaron productos falsificados a base de estuco, harina, maicena y otros insumos de consumo riesgoso. Los envases se hacían con cajas recicladas que conseguían de hospitales e instituciones de salud.
Los meses posteriores, redadas en los mercados y ferias de las ciudades de La Paz y El Alto revelaron la venta sin control de supuestos fármacos y fábricas con maquinaria millonaria.
“Esta investigación pretende recopilar la mayoría de antecedentes posibles, opiniones y comentarios de la gente y ponerla a disposición de instituciones, universidades y público en general para que se tome conciencia y se puedan generar cambios”, dice el documento.
Resultados relevantes
La muestra de conveniencia fue de 1317 personas, (51% varones y 49% mujeres). Casi la mitad de encuestados (46%) respondió que contaban con poca información sobre el tema, el 30% dijo que “no tiene nada de información”, por encima de quienes dicen tener “bastante información” con un 23%.
El 43% de las personas encuestadas cree que ha consumido productos falsificados con perjuicio para su salud. Se observa que, el 69.86% de las personas encuestadas prefieren medicamentos de marcas conocidas; también se encontró que 277 personas, (el 21.03%) respondieron que el precio influye al comprar sus medicamentos, y 676 personas (el 51.33%) dijeron que la calidad de los medicamentos es lo que les motiva a comprarlos.
Actualmente la seguridad en los medicamentos ha disminuido. Las noticias sobre la falsificación y venta libre de productos farmacéuticos han afectado la confianza de los consumidores ya que 16.2% de las personas encuestadas respondieron que ya no tienen ninguna confianza para comprar sus medicamentos, y 918 personas, que representa el 69.70% ahora tienen temor en comprar sus medicinas.
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