La Paz, 26 de marzo (ANF).- La Asociación de Familiares y Pacientes con Cáncer del hospital de Clínicas de La Paz pide al Gobierno la construcción de un albergue para aminorar los gastos económicos de los enfermos que provienen del interior del país para ser sometidos a largos y costosos tratamientos.
Rosario Calle, representante de la Asociación, explicó a ANF la situación extrema que atraviesan los pacientes que provienen de otros lugares del país.
“El albergue ha sido uno de nuestros reclamos, los pacientes pagando el tratamiento ya no les queda dinero ni para un lugar donde dormir. Vienen pacientes de toda Bolivia, porque centros de oncología solo hay en La Paz, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz. Una gran mayoría de ellos vienen a La Paz”, dijo.
Muchos pernoctan en pasillos del mismo hospital y otros con más suerte en casa de amigos o familiares, pero en su mayoría los pacientes pagan alojamientos mientras dura el tratamiento.
“Pedimos que el brazo operativo del presidente Evo Morales, el Ministerio de Salud, haga bien las cosas, porque él dio la orden y lamentablemente no han hecho nada”, lamentó la dirigenta.
Calle comentó que hay pacientes con cáncer que tuvieron que vender sus bienes para encarar los gastos elevados de las quimioterapias, tomografías, radiografías, biopsias, laboratorios y medicamentos, servicios que no son parte de la gratuidad establecida por el presidente Evo Morales en 2018, y que únicamente cubre el tratamiento de radioterapia.
Calle reconoció que con la gratuidad de la radioterapia se han aminorado los gastos, pero aun así el costo es elevado para acceder a los otros tratamientos. Detalló que son “tratamientos sumamente caros, entre 35 mil a 60 mil bolivianos -dependiendo del tipo de cáncer- son medicamentos carísimos, por ejemplo, para cáncer de mama una ampolla cuesta 15 mil bolivianos. Mucha gente no tiene y abandona el tratamiento”.
Centro integral
Hace cuatro años los pacientes presentaron a la cartera de Salud un proyecto para la construcción de un Centro Integral de Oncología, que haga posible que se desarrolle todo el tratamiento en un mismo lugar y así sea afectiva una atención de calidad y oportuna, ya que los pacientes con cáncer luchan contra el tiempo.
Es decir que se cuente con tratamientos de quimioterapia, radioterapia, cuidados paliativos, contención psicología, farmacia oncológica y laboratorios en una misma infraestructura.
“Un centro integral para que el paciente sea atendido oportunamente”, detalló.
Cuidados paliativos y ambulancia para pacientes terminales es otro pedido de la Asociación.
“Hay pacientes que sabemos que van a morir pero queremos que tengan calidad de vida en sus últimos momentos. Muchos de ellos están postrados en sus domicilios, ubicados en diversas provincias y es difícil que se trasladen”, agregó.
La historia de Eugenia.
“La hermana ha tenido que vender sus terrenos en su pueblo y ahora ha dejado a su hija pequeña en un cuarto, si tuviéramos un lugar incluso podría venir con su niña”, dijo Calle al referirse a la situación de la señora Eugenia Gutiérrez (33) quien es de Los Yungas y fue diagnosticada hace un año con cáncer cervico-uterino.
La mujer de pollera contó que luego de conocer que tenía la enfermedad, vendió sus terrenos en Los Yungas -de donde es oriunda- para poder encarar los costos del tratamiento. Hace dos semanas se tuvo que trasladar de su provincia a La Paz, debido a los fuertes dolores y el abundante sangrado que la aquejaba.
“Ya estoy un año, he pagado para radioterapia el año pasado y no me quieren devolver, cuando hubo ese problema (la suspensión de atención en Radioterapia del Hospital por hechos de corrupción y problemas en el funcionamiento de los equipos), luego ya no pude regresar por falta de dinero, ahora dicen (los médicos) que he dejado el tratamiento y que es mi culpa. Todo ya he vendido, ya no tengo nada. Ahora en dos semanas, estoy gastando como cuatro mil bolivianos”, manifestó.
En medio de lágrimas lamentó haber dejado sola a su hija de 11 años. “Cómo estará, que estará comiendo”, dijo Eugenia a su esposo, quien la acompaña en su estadía en la sede de Gobierno.
Posteriormente cuando el hombre le comunicó que se le había reprogramado su quimioterapia, estalló en llanto y le dijo: “ya no me digas mañana, pasado, ya no quiero saber, déjame aquí a que me muera o mátame”.
Las palabras de Eugenia alarmaron al resto de sus compañeras, quienes le pidieron ser fuerte y afrontar el tratamiento.
“Ya no puedo soportar el dolor. Hemos pagado para quimio, pero no me quieren atender, `mañana no más´ me dicen, pero para hoy me han hecho programar. No me quieren atender, ya hemos cancelado en caja. No me quieren ayudar, estoy hace dos semanas en un cuartito, he dejado en Los Yungas a mi hijita”, lamentó la mujer, quien de acuerdo a Calle es una de tantas que atraviesa por la misma situación.
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