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Nacional Sociedad

Discursos de odio: un riesgo latente en las redes sociales que debe ser combatido

El tema fue abordado en el conversatorio de la ANF: “Hablar de la Bolivia posible, tendiendo puentes de diálogo” y contó con la participación del responsable del Proyecto de Comunicación Democrática de la Fundación UNIR, Erick Torrico, el coordinador de la iniciativa de verificación de desinformación “Chequea Bolivia”, Juan Carlos Uribe, y el activista de la organización “Más y mejor internet para Bolivia”, Mario Durán.
10 de Noviembre, 2022
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Erick Torrico, Juan Carlos Uribe y Mario Durán.   Foto: ANF
La Paz, 10 de noviembre de 2022 (ANF).- Especialistas en las áreas de comunicación, redes sociales y verificación contra la desinformación analizaron el impacto y la peligrosidad de los discursos o mensajes de odio en las plataformas sociales en tiempos de polarización política, fenómeno que en su criterio debe ser combatido desde distintos ámbitos y bajo criterios de la autorregulación y la formación de los internautas.   

El tema fue abordado en el conversatorio de la ANF: “Hablar de la Bolivia posible, tendiendo puentes de diálogo” y contó con la participación del responsable del Proyecto de Comunicación Democrática de la Fundación UNIR, Erick Torrico, el coordinador de la iniciativa de verificación de desinformación “Chequea Bolivia”, Juan Carlos Uribe, y el activista de la organización “Más y mejor internet para Bolivia”, Mario Durán.

Asimismo, la charla tuvo como orientación el análisis de los resultados de la investigación titulada “Discursos de odio: caballos de Troya que introducen internautas en publicaciones de Facebook de medios bolivianos”, publicado a finales de junio de este año.

Este reportaje examinó un total de 3.841 comentarios generados por internautas en las publicaciones que hicieron cuatro medios bolivianos (Página Siete, El Deber, Los Tiempos y Bolivia TV) en sus “fan page” de Facebook respecto al inicio del juicio oral de la expresidenta Jeanine Añez. 

El inicio de este juicio se desarrolló en medio de un ambiente político sumamente polarizado entre el Movimiento al Socialismo (MAS) y sus organizaciones afines y la oposición junto a organizaciones de la sociedad civil, quienes plagaron las redes sociales con mensajes de apoyo y rechazo al proceso penal contra la exmandataria. El estudio detectó la presencia de tres tipos de discurso de odio en el contenido de los comentarios analizados: hostil, esencialista a grupos y llamados a la violencia física.

También se evidenció que el mayor porcentaje (38%) de los comentarios analizados y con discurso de odio corresponde al grupo de esencialista a grupos que menoscaban los derechos de los colectivos en su condición de seres humanos, ya que son limitados por otros debido a sus creencias, preferencias, ideologías, modos de vida, etc.

¿Por qué se generan discursos o mensajes de odio en las redes sociales? 
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el discurso de odio puede ser entendido como “cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que ataque o utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio contra una persona o un grupo sobre la base de quiénes son o lo que piensan de un determinado tema.

En ese entendido, Uribe explicó que una de las raíces de este nocivo fenómeno es la desinformación que se amplifica a través de las redes sociales, generando sesgos, prejuicios, estigmas contra personas o grupos que piensan diferente y a quienes se los identifica como rivales a confrontar.   

“La desinformación es una de las raíces para que la gente empiece a lanzar mensajes de odio porque no están bien informados (…) Y esos estigmas y prejuicios empiezan a convertirse en promotores de estos discursos. Lo más grave de lo que llamamos discurso de odio en las redes sociales es llamar a la violencia. Ese es el punto más grave y eso es de lo que tenemos que cuidarnos”, dijo. 

En esa línea, Durán manifestó que sociedades como la boliviana son muy proclives a influenciarse por los discursos polarizantes, esto debido a que ello les permite a muchas personas reforzar sus creencias y preferencias políticas. 

A eso se añade que al interior de las redes sociales como Facebook se generan los denominados filtros de burbuja que aíslan a los internautas para que solo puedan recibir información y contenidos de acuerdo a sus creencias, aficiones y orientaciones. 

“Eso lo hace el algoritmo. Busca tu atención y ve si le has dado “like” a esos contenidos o has pasado mucho tiempo viendo un video, si has compartido la foto u opinaste. Entonces, la plataforma asume que te gusta ese contenido y te va a meter a una burbuja donde te hará creer que todo el mundo opina como tú, te vas a juntar con personas que refuerzan tus creencias”, explicó. 

Por su parte, Torrico explicó que además de la política, también existen otros temas como la religión, la identidad de género, las diferencias étnicas, la condición económica, entre otras, que generan escenarios para la circulación de la desinformación y discursos de odio.

Asimismo, dijo que estos mensajes de odio no siempre son emitidos por personas comunes y particulares, sino por grupos establecidos “por verdaderas estructuras que planifican y tienen personal contratado”. 

“Los mensajes de odio no solo vienen del vecino que se enojó por alguna cosa, sino que también vienen de verdaderos aparatos que son un elemento estratégico en la lucha política”, agregó. 

¿Es posible regular los discursos o mensajes de odio en las redes sociales?
Según el criterio de los panelistas, es difícil por no decir imposible regular estos espacios digitales debido a muchos factores, tanto técnicos como éticos, ya que no se debe dejar de lado que cuando se habla de la regulación de redes sociales se genera la controversia por ingresar en el campo de la libertad de expresión. 

“Un país como Bolivia o un país como Argentina, no sé, incluso algún otro país de Europa, no puede normar, es bien difícil. Primero eso, dos: hay una línea muy delgada dentro de la libertad de expresión y el discurso de hoy incluso la desinformación no hay quien pueda poner una división y creo que es bien difícil”, alegó Uribe.

Según Torrico, debe apelarse a la autorregulación de los internautas, ya que desde la perspectiva de las normas internacionales la libertad expresión tiene límites y no puede considerarse irrestricta.

“En los estándares Internacionales por lo menos en América lo que tenemos es el concepto de la responsabilidad ulterior, que también se puede aplicar a este mundo digital. O sea, tú puedes decir lo que quieras decir, pero si has cruzado un determinado límite tendrás que atenerte a las consecuencias legales”, dijo.

¿Cómo orientamos a los internautas?
Según Uribe, la clave está en la capacitación a través de lo que Chequea Bolivia denomina “alfabetización mediática”. Se trata de cursos de orientación enfocados a la población y a los responsables de las redes sociales de los medios de comunicación.

Torrico coincidió con Uribe y aseguró que la clave para frenar poco a poco este fenómeno es dotar una capacidad crítica al internauta para que reflexione y evite generar o compartir este tipo de contenidos que socaban el respeto y la tolerancia hacia el otro.

Finalmente, Durán dijo que es necesario dejar de asociar los discursos o mensajes de odio hacia el ámbito político, ya que también se debe analizar su impacto en otras esferas sociales, espacios donde incluso se ha llegado a generar linchamientos digitales. 

“Ya como tarea hay que visibilizar estos discursos de odio y buscar todos los mecanismos de prevención. Este es un fenómeno bastante estudiado en países del exterior, pero en Bolivia no se encuentran muchas lecturas de análisis sobre este tema”, concluyó.

/AGL/

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    Discurso de Odio,Redes sociales