La Paz, 4 de abril (ANF).- Dada la actual situación de emergencia por la que a traviesa el mundo ante la pandemia del coronavirus (Covid-19), ministros y secretarios de las áreas de agricultura, ganadería, pesca, alimentación y desarrollo rural de 25 países de América Latina y el Caribe acordaron en las pasadas horas un trabajo de coordinación para garantizar el abastecimiento de alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para los 620 millones de consumidores de la región. Además comprometieron un plan para la asistencia a los pequeños y medianos productores agrícolas.
“25 países de América Latina y el Caribe, entre ellos Bolivia, expresaron su compromiso de coordinar el abastecimiento de alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para los 620 millones de habitantes de la región durante la pandemia de Covid-19”, detalla un comunicado de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Frente a las medidas de los diferentes países de la región, uno de los sectores con mayores pérdidas es el de los agricultores campesinos familiares, que se vieron en muchos casos privados de comercializar sus productos, dadas las restricciones de movilización. Esto también ha generado el desabastecimiento y alza de precios de algunos productos en los mercados y supermercados.
El pronunciamiento firmado por las autoridades de estos países, entre ellos la ministra de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia, Eliane Capobianco, detalla los siguientes compromisos:
- Proveer asistencia técnica y financiera a los pequeños y medianos productores agrícolas, pesqueros, acuícolas, ganaderos, y pequeños y medianos agroindustriales, que aportan una alta proporción de los alimentos básicos para el consumo nacional. Sostener y, en algunos casos, aumentar su producción es esencial.
- Asegurar el funcionamiento regular de los mercados mayoristas locales, regionales y nacionales, asegurando su liquidez, el acceso a ellos de los productos y de los trabajadores, coordinando acciones en este mismo sentido con actores importadores y distribuidores de alimentos del sector privado.
- Implementar programas de emergencia para prevenir las pérdidas y desperdicio de alimentos, incluyendo aquellas que estimulen y faciliten el funcionamiento de bancos de alimentos.
-Monitorear en forma constante las cadenas logísticas, especialmente aquellas que incluyen dos o más países, y disponer medidas para resolver expeditamente cualquier cuello de botella que puedan reducir su funcionamiento.
-Introducir y fomentar el uso de plataformas y aplicaciones de comercio electrónico de alimentos y otras medidas que permitan reducir el impacto de la sana distancia social y para favorecer cadenas con un menor número de intermediarios entre productores, comercios pequeños y medianos en los barrios, y consumidores.
-Promover que las políticas fiscales o comerciales, que definan los gobiernos como parte de su respuesta al efecto económico de la crisis, no debiliten el funcionamiento normal del comercio regional y global de alimentos.
-Establecer mecanismos ágiles, público-privados, que operen como comités de emergencia de los sistemas alimentarios, para facilitar el monitoreo constante del abastecimiento y de la situación de los mercados, y la coordinación de respuestas adecuadas en tiempo real. Recurriremos nuevamente a plataformas globales establecidas en respuesta a la crisis de precios del 2007-2008, como el AMIS.
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