Bolivia carece de condiciones para rehabilitar a violadores y feminicidas psicópatas

El médico psiquiatra de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Clínicas, Ernesto Málaga, señaló que en Bolivia no se han hecho diagnósticos y se desconoce el porcentaje de qué cantidad de reclusos por violación y feminicidio son psicópatas, pero dijo que en general, desde el punto de vista de la psiquiatría forense, se trata de la mayoría.

“Estamos hablando de sujetos altamente violentos, con propensiones a la violación, es decir de ser victimarios con alta crueldad, estamos hablando básicamente de sujetos que están catalogados en un grupo de trastornos de personalidad psicopático, en términos sencillos psicópatas”, dijo Málaga a ANF.

Indicó que los psicópatas conforman la mayor parte de estas personas -violadores y feminicidas- pero hay otros -por los mismos delitos- que tienen diferentes diagnósticos, pero ambos necesitan de una rehabilitación integral, es decir una rehabilitación biológica, psicológica y social, y lo social incluye el tema sociolaboral, socio académico, sociofamiliar y sociolegal.

“Para estos casos, la rehabilitación no es algo tan simple, no es agarrar y meter a un tipo entre cuatro paredes y darle dos nalgadas y decirle que las cosas que ha hecho están mal, no, esto es mucho más complejo”, enfatizó el especialista.

Refirió que este proceso requiere de un equipo multidisciplinario que primero diagnostique bien al sujeto y sepa por qué, desde el punto de vista biológico cerebral, comete estos delitos, y una vez diagnosticado se realiza un plan terapéutico.

Málaga señaló que los países que han tenido más éxito en rehabilitar a estas personas son Noruega, Finlandia y Suecia, donde al paciente “se lo somete a un tratamiento integral empezando por lo biológico y lo biológico tiene que ver con lo farmacológico y para eso necesitamos medicamento de alto potencial”.

Teniendo en cuenta esas consideraciones, Málaga afirmó que en Bolivia “es imposible que pueda darse este tipo de rehabilitación” debido a que “no hay posibilidades, no hay ni siquiera un instituto de psiquiatría forense donde podamos hacer un diagnóstico a estas personas, entonces estamos muy atrasados y por lo tanto cómo podríamos darle un plan de rehabilitación al sujeto”.

En Bolivia, el delito de violación niño niña adolescente ocupa el segundo lugar en cantidad de casos, mientras que el delito de violación (de adultos) se encuentra en el cuarto lugar, según datos de la Dirección General de Régimen Penitenciario.

A mayo de este año, había en las cárceles 536 personas procesadas por feminicidio y 250 por tentativa de feminicidio. Mientras que los procesados por violación niño niña adolescente eran 2.977, por violación 1.854, violación agravada 908, abuso sexual 1.420, tentativa de violación 183. De 2013 a febrero de esta gestión 998 mujeres fueron víctimas de feminicidio. 

El psicoterapeuta del programa Hombres de Paz, Aldo Zeballos, señaló que el artículo 31 de la Ley 348 para Garantizar a las Mujeres una vida libre de violencia se refiere a la “rehabilitación para agresores”, pero cuando se hacen los convenios con el Tribunal de Justicia y el acuerdo con la Fiscalía de Distrito, “se queda en que se va hacer la rehabilitación en casos de violencia familiar o doméstica, de hombres que han ejercido violencia contra su pareja o expareja”.

Con datos a mayo de este año, Régimen Penitenciario registraba 1.377 casos de violencia familiar en las cárceles del país.

El Programa Centro Terapéutico Hombres de Paz, es parte de la Fundación Voces Libres que busca provocar cambios significativos personales en hombres que han ejercido violencia contra su pareja o expareja, con el objetivo de prevenir o reducir las posibilidades de reincidencia.

Zeballos indicó que como sociedad hemos convenido en que la violencia es un delito y se sanciona, pero “también creemos que se les debería brindar asistencia a estos hombres para que ellos encuentren otras alternativas, porque esos hombres van a salir en algún momento de los penales y van a hacer nuevamente pareja, o con las mismas o con otras, y si no se ha trabajado algo de eso que los llevó a la cárcel, puede ser que reincidan en los actos de violencia”.

Señaló que en los casos de violencia sexual y feminicidio estos agresores no reciben terapia psicológica, lo que constituye un problema porque “hemos comprendido que el modelo tradicional de brindar asistencia a las mujeres y sancionar a los hombres no resuelve el problema”. 

“Lo que nosotros hemos encontrado en los penales (en las visitas) ha sido personas que estaban albergando sentimientos de odio, de frustración, de venganza”, destacó el psicólogo clínico.

Agregó que no existen investigaciones ni protocolos de cómo trabajar terapéuticamente con feminicidas que han pasado una línea, “esas personas han matado, han cometido un homicidio, y tampoco hay (terapia) para personas que han cometido violencia sexual, porque eso excede el ámbito familiar o doméstico muchas veces” que ellos como institución abordan.

Málaga indicó que, si no se trata a estas personas para transformarlas de forma real, debido a que se trata de psicópatas altamente manipuladores, constituirán un riesgo para la sociedad cuando salgan libres.

“Para un psicópata conseguir los certificados de buena conducta es súper sencillo porque ellos no tienen problema para manipular a la gente, entonces estamos en Bolivia atrasados 100 años con lo que se debería hacer para rehabilitar a personas con perfil psicópata”, enfatizó.