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Nacional Sociedad

Analistas ven que el discurso racista da rédito político y niega la diversidad social en Santa Cruz

Ambos intelectuales hablaron sobre Santa Cruz vista desde esta diversidad, sobre el estigma que pesa sobre ella de ser una región racista y regionalista y acerca de la falta de consolidación de un proyecto político nacional que emane de estas tierras.
24 de Enero, 2021
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La filósofa Carol Gainsborg y el sociólogo Juan Pablo Marca participan en el programa "Hablar de Bolivia con una taza de café" de la ANF. Foto Claudia Morales / ANF

Por María Silvia Trigo

La Paz, 24 de enero (ANF).- Si algo define a la Santa Cruz actual es la diversidad de su población: en el departamento más grande y rico del país, siete de cada diez personas tiene orígenes en otra región. “Aquí está la nueva bolivianidad”, dice el sociólogo Juan Pablo Marca en la tertulia Hablar de Bolivia con una taza de café organizada por la Agencia de Noticias Fides (ANF) donde conversó con la filósofa Carol Gainsborg. 

Ambos intelectuales hablaron sobre Santa Cruz vista desde esta diversidad, sobre el estigma que pesa sobre ella de ser una región racista y regionalista y acerca de la falta de consolidación de un proyecto político nacional que emane de estas tierras.

Marca también es politólogo y ha publicado libros sobre el discurso y la hegemonía en el proceso autonómico cruceño, y sobre la visión de los indígenas de tierras bajas en torno a la democracia, mientras que Gainsborg es, además, magister en Educación y Nuevas Tecnologías e investigadora en temas de inclusión de diversidades, género y juventudes.

¿Es realmente Santa Cruz un lugar racista y donde priman los intereses regionales por encima de los nacionales? Los entrevistados coinciden al afirmar que se trata de un discurso vigente y que se explota desde el ámbito político, pero que no representa a todos.

“Es un discurso que, dados los últimos resultados del proceso electoral, se utiliza mucho políticamente”, señala Gainsborg y afirma que esa narrativa echa mano del miedo a lo diferente, creando un ‘enemigo común’ expresado en el miedo a lo indígena como “avasallador” y a lo occidental como algo totalmente distinto. 

Precisamente a esa forma de ver al otro hace referencia Marca, quien dice que “la diversidad no se refleja en el discurso esencialista en términos de la cruceñidad” y que el discurso oficial cae en la dicotomía de que para defender Santa Cruz hay que hacer un frente común contra el Estado central o el Movimiento al Socialismo (MAS).

A partir de ahí, uno de los proyectos políticos que se plantea en las elecciones regionales es el de federalismo. “Tienes autoridades que se llenan la boca con federalismo y se supone que se debe hacer porque es el significante vacío que aglutina el malestar, la insatisfacción de la población de esta región, pero no tiene ningún sustento”, dice Carol Gainsborg.

Juan Pablo Marca, que ha estudiado el tema del federalismo, encuentra similitudes en esta propuesta surgida desde Santa Cruz con otras similares en El Alto y Potosí. Sin embargo, observa que la diferencia está en cómo se propone el nuevo modelo. En Santa Cruz lo plantean personas que no reconocen la diversidad y lo hacen desde el privilegio “sin incorporar a otros significantes que se manifiestan en el tejido cultural cruceño”. 

Si bien es un tema que el analista considera que se debe debatir como modelo administrativo del Estado, por ahora puede resultar precipitado y es una “bandera que se puede quemar”.

Uno de los lugares a donde se llegó en la tertulia con ambos intelectuales, fue al rol de las élites y las instituciones tradicionales cruceñas, como el Comité Cívico, y el surgimiento de Creemos, un partido regional que nació tras la salida de Evo Morales del Gobierno y que se constituye como la mayor fuerza política regional. 

Para Gainsborg, se trata de instituciones cooptadas por grupos ideológicos que representan a las élites y que calan discursos de odio en base al miedo, con el objetivo de obtener rédito político.

“Nos venden una lectura de la realidad que no es realmente lo que somos”, afirma, pero considera que es algo que ocurre en ambos extremos de la polarización porque “mientras más miedo tenga la gente y más enemigo sea el uno del otro, mayor poder concentrado va a existir”.

Un punto de inflexión en la participación política de Santa Cruz a nivel nacional son las protestas que antecedieron a la renuncia de Morales en 2019. 

Gainsborg observa que hubo un “despertar político” de la juventud y que sus reflexiones pueden aportar nuevas miradas de mayor inclusión frente a la narrativa de los medios de comunicación, que consideró “sesgadas” frente a lo sucedido en 2019.

No obstante, Marca lamenta que las plataformas ciudadanas hayan sido subsumidas por otros actores políticos. Asimismo, el sociólogo plantea que los nuevos actores cruceños y sectores intelectuales deben “articular en el relato un nuevo sujeto político, que sea inclusivo, que sea más nacional”. Considera que hay sectores juveniles con una mirada más crítica e ideas progresistas y otros que continúan con el relato tradicional de las élites cruceñas.

Sin embargo, señala que hay actores políticos nuevos que no están conectados todavía y que están interpretando Santa Cruz desde otras perspectivas. El desafío es articular estos nuevos proyectos y que se constituyan en una alternativa para 2025. Quizás ese sea el germen de un proyecto regional inclusivo, diverso y con proyección nacional. 

//MST//ANF

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