La Paz, 10 de enero (ANF).- El pasado lunes se encontró el cadáver de una niña boliviana de 10 años, identificada como Joselin M. y asesinada con 32 puñaladas (17 en su rostro y 15 en la espalda), en la cocina de su casa, ubicada en la localidad bonaerense de Longchamps, Argentina.
Fuentes policiales informaron que la madre de la niña aseguró que se retiró de su vivienda, a las 10.30 del lunes, para ir a un banco en el centro de Longchamps y dejó sola a su hija.
Después del mediodía, la mujer regresó y notó que la puerta de las rejas estaba abierta y halló a su hija muerta en la cocina, según información publicada en el diario argentino “La Nación”.
Cuando los efectivos policiales llegaron a la vivienda constataron que el cuerpo de la menor estaba lleno de manchas hemáticas en la ropa, en el rostro y los miembros superiores e inferiores.
La madre contó a Policía que trabaja en un local de venta de artículos de limpieza y también como costurera.
Agregó que es madre soltera y hace seis meses se separó de un hombre porque las maltrataba a ella y a su hija.
La Justicia argentina ahora investiga a la expareja de la mujer, Carlos (44 años), y a su hijo, Rubén (25), porque se presume que estaban con la niña cuando la madre salió a la entidad bancaria.
Ambas personas serán sometidas a pericias psicológicas y se defenderán en libertad ante la falta de pruebas para su detención. En el lugar del crimen no se registró ningún robo ni desorden, lo que apunta a que el único objetivo era asesinar a la niña.
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