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Nacional Política

¿Qué nos hace sentir bolivianos?

El arquitecto y analista Guido Alejo (El Alto), la comunicadora Yara Espinoza (Cochabamba), la politóloga Evelyn Callapino (Potosí), y el analista Rubén García (Santa Cruz) participaron del foro que analizó este tema, junto a los coordinadores del equipo Estefani Tapia y Sergio Montes SJ (La Paz)
9 de Junio, 2022
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Foto: Imagen referencial
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La Paz, 9 de Junio de 2022 (ANF).- La polarización que vive el país a partir de la confrontación entre dos visiones políticas sobre la identidad ha llevado a un grupo de jóvenes analistas a debatir sobre las diferencias y las coincidencias existentes en la sociedad para responder a la pregunta ¿Qué nos hace sentir bolivianos?, en el foro organizado por la Agencia de Noticia Fides (ANF).

El arquitecto y analista Guido Alejo (El Alto), la comunicadora Yara Espinoza (Cochabamba), la politóloga Evelyn Callapino (Potosí), y el analista Rubén García (Santa Cruz) participaron del foro, mediado por el director de ANF, Sergio Montes S.J. y la también politóloga Estefani Tapia (La Paz).

Alejo, que se definió como aymara urbano alteño, defendió que “no hay una bolivianidad sola, sino varias bolivianidades”, y que el ser boliviano puede entenderse como un sujeto que vincula en la práctica el área urbana y la rural, el altiplano y la amazonia, que tiene familiares migrantes y que se entusiasma con el mundo contemporáneo, pero sin abandonar sus raíces.

Según Alejo, los elementos que unen a los bolivianos como tales son la migración interna, la multilocalidad, el mercado interno, la movilidad social, la informalidad, y la adaptación al mundo moderno, sin que sea un desclasamiento.

En ese sentido señaló que “como bolivianos no estamos en una posición de eterna confrontación, sino que estamos con una voluntad de vincularnos” y de establecer relaciones culturales y económicas por lo que hace falta ver lo que realmente está sucediendo en el país más allá del “ámbito político sesgado”.

Sobre la existencia de un supuesto “aymaracentrismo” dijo que los aymaras “son bastante permeables” en su objetivo de incorporar elementos culturales de otras regiones, por ejemplo cuando en los festivales escolares de danza se incluyen danzas cruceñas o tarijeñas.

Cuestionan la identidad partidizada por el MAS y centralizada en La Paz

Callapino advirtió que los bolivianos comienzan a “encrisparse” cuando los debates sobre la identidad se partidizan creando una confrontación por ejemplo entre la visión nacionalista republicana y la plurinacionalidad, que está relacionada con el proyecto del Movimiento al Socialismo (MAS) y el Gobierno.

La solución a la polarización, aventuró, consistiría en aceptar la bolivianidad “no como una sola”, sino como una mirada desde diferentes espacios, excluyendo la confrontación y evitando la “melancolía” y “la actitud derrotista” producto de las pérdidas territoriales y el “lamento” por el subdesarrollo del país, que se han convertido en tópicos discursivos.

Coincidió con Alejo en la necesidad de repensar los problemas “desde la gente” de base sin escuchar los discursos políticos que “deslegitiman la bolivianidad” y cuestionó que el discurso indígena también se haya contaminado partidariamente hasta “perder su credibilidad”.

El analista cruceño García defendió que la construcción de la identidad camba en Santa Cruz fue en su momento un concepto discriminador respecto a los grupos sociales subalternos, pero después obtuvo un reconocimiento y se estableció, según dijo, que tiene una historia más larga que la identidad boliviana propiamente dicha.

Señaló que el Estado refleja una “identidad centralizada” para sí mismo y que La Paz se constituiría en “el centro de la construcción de la hegemonía nacional”, por lo que, desde el espacio geográfico cruceño, cabe plantear el tema de la identidad desde el factor regional y examinando la situación de los indígenas de tierras bajas.

“Creo que el proyecto plurinacional es bastante poético”, agregó al sostener que llamar nación a las etnias no corresponde porque en la práctica no tienen territorio, ni soberanía.

De su parte, la comunicadora Espinoza destacó que la identidad colectiva es importante, pero en Bolivia “ha tenido demasiados conflictos” desde el 2019 cuando mucha gente de clase media  y las élites enarbolaban su condición de “bolivianidad” durante la crisis política de ese año ante los grupos indígenas que defendía su identidad cultural.

Agregó que cuando uno piensa qué hay más allá del debate sobre el mestizaje o lo indígena, puede encontrar como una característica mayoritaria que los bolivianos viven en condiciones de precariedad y sin haber ingresado plenamente al consumismo capitalista, lo cual es el reflejo del subdesarrollo boliviano.

El director de ANF destacó los tópicos citados y planteó que en una siguiente sesión puedan abordarse las taras sociales referidas a los matrimonios entre indígenas y extranjeros o parejas de condiciones sociales diferentes, los prejuicios o mitos negativos de la identidad que deben ser derribados, y la ausencia de la construcción del “ser boliviano” en la literatura de los últimos años.

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Boletín Notas: Avanzar en una nueva construcción de la bolivianidad (II) by ANF on Scribd

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