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Nacional Política

Mesa afirma que para el Gobierno la democracia es una "traba ingrata" para preservar el poder

El expresidente escribió un artículo publicado en su Blog titulado "El veneno del poder", en el que hace referencia al MAS y su deseo de preservación del poder a cualquier costa.
16 de Julio, 2018
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El exmandatario y vocero de la demanda marítima, Carlos Mesa. Foto: Archivo
El exmandatario y vocero de la demanda marítima, Carlos Mesa. Foto: Archivo
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La Paz, 16 de julio (ANF).- El expresidente y vocero de la demanda marítima, Carlos Mesa, en su artículo titulado “El veneno del poder” refleja al Gobierno como incrédulo del pluralismo, la libertad de conciencia y de expresión y que concibe la democracia como una traba ingrata para sus fines que es la preservación del poder a cualquier costa.

Según el exmandatario, el presidente Evo Morales se lanzó a una prueba de consistencia en el referéndum del 21 de febrero de 2016, porque teóricamente era el tiempo adecuado en el que la legitimidad aún era fuerte, la bonanza evidente y la confianza en el Presidente “casi incuestionable”.

“Pero los demonios propios agazapados y esperando, se desataron y mostraron que debajo de la superficie había ya una gran cantidad de agua podrida. Vino así la hecatombe. Lo impensado. El Presidente perdió y no tenía plan B”, asegura Mesa. 

El 21 de febrero el Gobierno perdió en la consulta la posibilidad de modificar el artículo 168 de la Constitución Política del Estado, lo que frenó la repostulación del presidente y vicepresidente en las elecciones de 2019.

Mesa añadió que “El Referendo reveló la esencia, el fondo del alma del gobernante y quienes lo rodean: el poder lo es todo, por el poder vale todo. La democracia no es para ellos una forma esencial de valores, sino una traba ingrata para el fin deseado”. 

El MAS inconforme con los resultados del 21F, acudió al Tribunal Constitucional y logró un fallo a favor de que las autoridades electas, entre ellas, el presidente y vicepresidente puedan volver a postularse en las próximas elecciones. La oposición sostiene que viola la Constitución y el 21F.

Su artículo publicado en su Blog personal, hace una reflexión sobre la lucha política que en esencia cree que es implacable; que el poder es casi siempre “un mecanismo adictivo y que enajena”. “La historia no es otra cosa que la lucha permanente e incesante por el poder”, asegura.

Plantea que se ha demostrado con frecuencia que el poder -que se dice- es un mecanismo e instrumento, para mover a la humanidad, para hacer realidad los sueños, para hacer posible que la sociedad encuentre la felicidad, y como concepto medular eso es cierto, sostiene, pero que el instrumento se ha convertido en un fin para justificarlo todo.

Mesa hace este análisis para sostener que “En Bolivia nos ha tocado vivir en estos días turbulentos la evidencia de un fin de ciclo, el envilecimiento de un importante proyecto histórico ya encallado. Una vez más -es una máxima incontrastable- aquel que enamorado del poder es capaz de hacer cualquier cosa con tal de permanecer en él, está condenado”.

Postula que ese enamoramiento del poder se convierte en una “enfermedad incurable”, como la adicción que provoca la posibilidad de un síndrome de abstinencia y lo que es más grave -dice- es que “enajena el espíritu y la mente”. Y que el “discurso comienza a tejer mentiras, referir ilusiones, prometer imposibles, repetirse interminablemente generando un vacío en el que sólo se escuchan ecos”.

En relación al proyecto del Movimiento al Socialismo manifiesta que “vive su canto del cisne y sus gestores lo saben”. “La democracia que parecía acompañar incluso a quienes creían que protagonizaban una revolución, les es hoy esquiva y lo es porque el alma de los poderosos que han construido el gigantesco engendro que los representa en el centro de la gran ciudad de La Paz, no es un alma que crea en el pluralismo, la libertad de conciencia y de expresión, la competencia política a través de partidos y movimientos organizados, que representen ideas distintas y contrapuestas capaces de convivir en un mismo escenario”.

Pero “Los susurros que escuchan son los de la hegemonía, la construcción de un bloque social dominante, la lucha mortal en la dinámica de amigo-enemigo, la administración del poder total que trascienda el “formalismo” de órganos separados e independientes entre sí”, afirma Mesa.

El exmandatario es procesado por la Procuraduría General del Estado a causa de la demanda contra el Estado boliviano que la empresa chilena Quiborax interpuso en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).

Según el Gobierno es el principal responsable de la demanda porque utilizó de manera errada el procedimiento para revertir las concesiones de esta empresa en el Salar de Uyuni. Bolivia pagó 42,6 millones de dólares, mientras que la empresa invirtió menos de un millón de dólares.

Sin embargo, Mesa acusó al Gobierno de criminalizar la política, señaló como los principales responsables de la derrota en este juicio a los ministros de Justicia, Minería, Procurador General del Estado y a otras exautoridades, por una mala defensa de los intereses del Estado.

Para Mesa las ideas que alimentaron al presidente Morales durante estos casi 13 años de Gobierno se han consumido, porque algunas se hicieron realidad, otras fueron retórica vacía y en buena parte porque se “han corrompido” porque estaban o están contrapuestas a la vocación democrática de una sociedad que ha hecho suya la “gran conquista de 1982”.

“En ese contexto, el líder iluminado, el dueño de la verdad revelada, el mito viviente, era la llave mágica para la toma y la preservación del poder. Las atractivas ideas que lo alimentaron durante varios años, están hoy consumidas”, afirmó.

El también vocero de la causa marítima cree que el país vive la experiencia de la desesperada búsqueda del plan B que, por ahora, sigue “anclado en la candidatura del Presidente en 2019. Plan que tiene un problema muy serio, se hace imposible sin romper amarras con los últimos vestigios de formalidad democrática. Desde la criminalización de la política hasta la ruptura con el mandato del pueblo, todo vale”.

Finalmente, plantea que la defensa del 21F “es la defensa de una concepción de país, una propuesta de futuro y una constatación, el fin de un ciclo histórico que demanda la lucidez de la unidad democrática y pacífica y la construcción de un proyecto plural y de esperanza de futuro”.

/NVG/



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    Carlos Mesa,Movimiento al Socialismo,Poder