Movilización de #NiUNaMenos en La Paz. Foto: Tribuna feminista
Fernando Cantoral
La Paz, 19 de diciembre (ANF).- Hilda fue asfixiada, violada y después de muerta su victimario le prendió fuego la noche del 15 de julio. Bertha murió en Sucre de 33 puñaladas. Su esposo, que fugó luego del hecho de sangre, victimó a su pareja en presencia de su hija de 11 años. Zulma, de 30 años, y madre de una niña de cuatro, fue reportada desaparecida. Su cadáver fue encontrado días después. Su expareja, quien fue detenido preventivamente, la dopó y enterró viva.
Los casos de feminicidio no paran, por el contrario, cada año son más, y hasta octubre la Fiscalía reportó 94 asesinatos de mujeres, cantidad que supera a las 93 muertes registradas durante todo 2015.
La Ley 348 para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia promulgada en marzo de 2013, no cumple su función de disuadir al agresor con la severa condena de 30 años de cárcel, porque además no va acompañada de una política preventiva.
El criminólogo Carlos Flores Aloras señaló al respecto que en el país se cree que aumentando la pena se va a solucionar el problema del delito, en particular el feminicidio, y “obviamente no es así”.
“El delincuente el rato de cometer el hecho en lo que menos piensa es en la pena o que se va a hacer pescar, más bien quiere cometer el hecho, sea ladrón, asesino, feminicida, sea violador, siempre va tender a eso, cualquier delincuente”, indicó.
Indicó que los teóricos del derecho penitenciario señalan que incluso la pena de muerte, que es la que más intimida, no disuade a los potenciales delincuentes.
“Es como el espantapájaros, porque ese rato los pajaritos se van a asustar, pero después se van a dar cuenta de que no se mueve, que no reviste mayor problema, e incluso se van a subir al espantapájaros y van a hacer su nido en el sombrero”, dijo.
Los casos de feminicidio desataron la indignación y movilización ciudadana. Una expresión es el movimiento ¡Ni una menos! que rechaza y condena la violencia hacia las mujeres que muchas veces termina en la muerte.
El movimiento que nació en junio de 2015 en Argentina y este año se extendió a países de la región como Chile, Uruguay, Perú y Bolivia.
En el caso de Bolivia, las mujeres salieron a las calles para protestar en contra de la violencia machista que este año se llevó la vida de mujeres de todas las edades y de la más diversa condición social.
La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz (APDHLP), organizaciones sociales y activistas pidieron al Gobierno nacional que declare “alerta roja” frente al incremento de casos de feminicidio. El Ejecutivo hasta el momento no se pronunció.
Flores Aloras demandó, ante esta imparable ola de asesinato de mujeres, trabajar en la prevención, “aunque sea más esforzado y parezca un esfuerzo estéril”, desde el hogar y el colegio.
“La prevención creo que nos va a dar mayores resultados porque estamos viendo que cuanto más se difunden estos casos de feminicidio, se sube la pena y aumentan todavía más los casos”, apuntó.
Remarcó que la amenaza penal es bastante relativa porque en el momento dado, la persona no piensa, “pero si una persona ya tiene formación, tiene una cosa muy metida dentro, una convicción, entonces no lo va hacer”.
Para hacer frente a este flagelo, el criminólogo propuso como medida inmediata activar mecanismos de actuación rápida para precautelar la integridad de las futuras víctimas.
“Actualmente no funcionan muy bien las actas de alejamiento, eso tendría que fortalecerse dentro del derecho de familia, que cuando se detecten actitudes violentas que pueden ir en aumento, se ordene el alejamiento de esas personas bajo medidas bastante estrictas y duras como en otros países, e incluso existen detenciones inmediatas a los agresores y procedimientos sumarios”, indicó.
Además, dijo que en caso de agresiones dentro del hogar, sean considerados éstos como “delito infraganti”, para que el agresor no regrese fácilmente y su pareja acepte una reconciliación, porque en estos casos “las agresiones tienden a repetirse con más violencia”.
Pero algo insoslayable, agregó, es “someter a esas personas a tratamientos sicológicos, ver medidas, esas cosas cuestan, pero son más efectivas a veces que subir la pena, que es más cómodo, pero vemos que no da resultados”.
Jurista Carlos Flores Arolas:
“Si hay crisis económica, el feminicidio aumentará”
El jurista Carlos Flores Arolas indicó que si bien existen esfuerzos del Gobierno y las autoridades por combatir el feminicidio, no se está trabajando en la dimensión en que aumenta el delito.
Indicó que “se tendría que trabajar muchísimo más, incluso científicamente estudiar más profundamente el problema para poder dar una solución adecuada”.
En ese sentido, parafraseando al criminólogo Alexander Lacassagne, el jurista dijo que estadísticamente “las sociedades tienen los delincuentes que se merecen”, ya que si no se trabaja contra el delito, de manera efectiva, éste va a aumentar.
“No es un problema sencillo, pero como yo veo las cosas, actualmente, está tendiendo a aumentar este delito”, indicó.
Auguró un aumento en los casos de violencia por la fiestas de fin de año que es cuando hay mucho más gasto y consumo de alcohol. “Es ahí cuando las personas se acuerdan de sus problemas y eso infelizmente hace que se comentan estos hechos”.
La crisis económica también es otro factor a tomar en cuenta, dijo. Mientras un país tiene una economía estable, los problemas en el hogar son menores, pero cuando la crisis se presenta es más probable que surjan las dificultades, apuntó.
“Esperemos que nuestro país no tenga grave crisis económica porque si hay crisis incluso este delito va a aumentar”, sostuvo.
Remarcó, esta vez parafraseando al criminólogo Enrico Ferri, que estadísticamente hay la tendencia de que los delitos lleguen a mantenerse o se parezcan las cifras año tras año, pero “si nosotros trabajamos por medio de la prevención, entonces esas tasas van a disminuir, pero si no hacemos nada esas tasas van a aumentar”.
