La Paz, 20 de marzo (ANF).- El profesor Ramiro Brotons en la segunda jornada de alegatos orales afirmó que en varias ocasiones Chile adoptó compromisos incluso después del Tratado de 1904 que no solo fueron políticos sino jurídicos, para satisfacer la necesidad de Bolivia de una salida al océano Pacífico.
Este martes inicio la segunda jornada de las audiencias orales en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Bolivia expone sus argumentos en el marco de la demanda marítima que interpuso el año 2013, para obligar a Chile a negociar de buena fe una salida soberana al océano Pacífico y cumplir sus compromisos de negociación.
“A comienzos de siglo XX Chile debía ceder costa marítima y que hay argumentos que obligan a negociar con Bolivia. “Esa obligación perdura y debe cumplirse”, sostuvo Brotons al inicio de su exposición.
Bolivia tiene la intención de dar detalles en las distintas fuentes de la obligación que incumbe a Chile y demostrarle que esa obligación perdura y debe cumplirse, sostuvo el abogado del equipo internacional que defiende la causa boliviana.
Hizo un recuento de los compromisos verbales y notas diplomáticas entre Bolivia y Chile. Cito el memorándum de 1920 y 1950 que confirma “su efecto jurídico”.
Reflejó que el presidente chileno Gabriel García Vilela (1946) el día de su investidura manifestó a Bolivia “su deseo de llegar a una solución sobre la mediterraneidad”, contexto en el que hubo notas intercambiadas para negociar una salida soberana al océano. “No fue una improvisación” sino una negociación al más alto nivel, precisó.
Dijo que no cabe duda que las notas intercambiadas representan un tratado entre los gobiernos “con la intención de causar efectos jurídicos”, por lo que la gama de negociaciones implica una voluntad política para satisfacer los objetivos de Bolivia. “Eso no implica que el acuerdo de negociación sea solo político sino generan compromisos jurídicos”, sentenció.
“El lenguaje utilizado es muy claro, no hay nada vago (…) las partes se comprometen a negociar. Chile está dispuesto a negociar formalmente”, para “satisfacer la principal necesidad de Bolivia de una salida al océano”, añadió.
El profesor manifestó que no es aceptable que una declaración no sea vinculante cuando un estado en este caso Bolivia solicita formalmente una negociación, y chile acepta formalmente esa respuesta.
Se refirió a la nota de intercambio entre Chile y Bolivia, primero, manifestó Brótons, que el ministro del vecino país Walker Larraín después de invocar los antecedentes sostuvo que fluye y que Chile “ha estado dispuesto en gestiones directas” con la posibilidad de satisfacer los interés de Bolivia”; y en segundo lugar el ministro indica de hacer consultas a su gobierno en el marco de los acuerdos.
Otro momento que destaca el abogado es el memorándum de 1961 entregado en 10 de julio de Chile a Bolivia “confirmó la validez” de las gestiones realizadas por el que fuera el secretario de Asuntos Exteriores, Truco, posteriormente cuestionado en 1962 por el exministro de Relaciones Exteriores.
Argumentó en ese tiempo que se trataba solo una simple nota, de un documento que no estaba firmado, que solo era un punto de vista, para rechazar la declaración y el intercambio de notas con el exseretario Truco.
También se refirió a las negociaciones en el marco del acuerdo de Charaña encabezado por los entonces presidentes Augusto Pinochet y Hubo Banzer Suárez.
Preciso que en 1975 en el apartado cuarto de la declaración señalaba que el presidente “con ánimo constructivo ha resuelto que continuar las fórmulas” se solución a los acuerdos vitales como la mediterraneidad. Aunque luego se presentaron escollos en las gestiones.
/NVG
