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Nacional Política

Antipersonaje: El marchista y bloqueador hasta las últimas consecuencias

Es consecuente, disciplinado, creativo y casi siempre quiere llegar “hasta las últimas consecuencias”. Puede ser un payaso que arranca sonrisas, un minero con la dinamita en la mano que provoca miedo, o un discapacitado en silla de ruedas que arranca más de una lágrima.
30 de Diciembre, 2016
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Foto: ANF
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María Angélica Michel

La Paz, 30 de diciembre (ANF).- El marchista y bloqueador de Bolivia es consecuente, disciplinado, creativo y casi siempre está dispuesto a llegar “hasta las últimas consecuencias”. Desde payasos, defensores de animales, trabajadores, médicos, abogados, discapacitados, jubilados, maestros, gremiales y trasportistas toman las calles por justas y no tan justas reivindicaciones, pero el caso es que siempre provocan un dolor de cabeza a la gente que quiere circular por las calles.

El país y sobre todo la sede de Gobierno se caracterizan por ello: trancaderas, gasificaciones, petardos y hasta dinamitazos, no son ajenos al diario vivir. Y es que el bloqueo y la marcha ya son una forma de hacer lo que no se logra mediante el diálogo.

Una de las más ocurrentes fue la marcha de los payasos demandando seguro universal de salud, debido a que el excesivo consumo de torta y golosinas ha provocado una alta incidencia de casos de diabetes, además de dolores de garganta por tanto gritar en los cumpleaños. 

“¿Qué queremos? ¡Seguro de salud! ¡Payasos unidos por el seguro universal de salud, a las autoridades pertinentes… seguro de salud. Cuándo… ahora, ¿Cuando, si? ¡Ahora, si!”, se les escuchó gritar mientras protestaban por el prado paceño vestidos de payasos.  

No fue tan pacifica la marcha de los trabajadores afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB). En mayo y junio miles de trabajadores encabezados por mineros asalariados salieron a las calles a protestar. Dinamitazos por aquí, dinamitazos por allá, se sintió a lo largo de varias semanas, cuando protestaron por el cierre de Enatex y el despido de 800 trabajadores.

Las marchas de la COB fueron siempre anunciadas por fuertes dinamitazos. Protegidos con guardatojos se los veía encender la mecha, como si se tratara de cuetillos, mientras tanto periodistas y todo el que estuviera cerca corría a buscar un buen lugar y mantenerse a buen resguardo. El miedo aumentó luego de que en una de las primeras protestas ocurrida en mayo un trabajador fabril perdiera la mano al manipular una dinamita.

Como no podía ser de otra forma, los transportistas también bloquearon. El paisaje que mostraron mientras realizaban su medida, fue la de choferes jugando partidos de futbol o chicoteando a sus compañeros que se atrevieron a romper la medida, muchos incluso festejaron su osadía consumiendo bebidas alcohólicas, acompañados de música estridente y la población renegando llegó a pie a sus destinos.

Una ley de trasporte que entró en vigencia este año determinó la elevación el pasaje en 50 centavos a cambio de que mejorase el servicio, a fin de año se puede decir que el servicio y el trato no han cambiado.

Médicos marcharon en contra de la aprehensión de una de sus colegas acusada de negligencia médica; protectores de animales marcharon en contra del maltrato; y los maestros también salieron a las calles para pedir más ítems, estabilidad laboral y otro sin fin de demandas que nunca acaban. 

Así como la marcha de payasos que sacaron risas a más de uno, también hubo una que sacó lágrimas a la ciudadanía, fue la larga y sacrificada protesta de los discapacitados. Recorrieron en caravana de sillas de ruedas 379 kilómetros de Cochabamba a La Paz y permanecieron tres meses en vigilia, pidiendo un bono de Bs 500 que nunca les fue entregado.

Un bloqueo que dejó muerte a su paso, fue el de los mineros cooperativistas quienes en agosto reclamaban por una ley de minas, hecho que dejó a su paso nueve detenidos y 12 prófugos; cuatro corporativistas fallecidos y el viceministro de régimen interior, Rodolfo Illanes, asesinado en medio de una turba enardecida de mineros que ya protestaban por sus muertos. 

Una de las más recientes la marcha de recogedores de basura que pedían estabilidad y seguridad laboral, fue parte de marchas de sectores un poco más reducidos, pero que se registran frecuentemente en Bolivia, porque el bloqueo y la marcha son como el pan de cada día. 

/MAMP/MVV/

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