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Parapolicías toman Masaya con un saldo de 3 muertos en Nicaragua

La vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo, esposa de Ortega, incluso habló de “limpiar” Masaya y Monimbó de “golpistas… malignos, siniestros, diabólicos, satánicos y terroristas”.
18 de Julio, 2018
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Fuerzas del gobierno de Daniel Ortega, equipadas con metralletas, fusiles y lanzagranadas, posan antes de irrumpir en Masaya. (Foto: Especial)
Fuerzas del gobierno de Daniel Ortega, equipadas con metralletas, fusiles y lanzagranadas, posan antes de irrumpir en Masaya. (Foto: Especial)
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La Paz, 18 de julio (ANF).- Al cabo de un bombardeo de más de siete horas que tuvo como blanco la comunidad indígena de Monimbó, comandos paramilitares vinculados al gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega tomaron la ciudad de Masaya, con un saldo de tres personas muertas.

Informes de El Nuevo Diario, que citó a pobladores de Masaya, indicaron que hombres vestidos con camisetas azules ejecutaron la denominada operación limpieza, para retirar los bloqueos instalados desde abril, en protesta contra la represión y para exigir la salida de Ortega del poder.

La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) confirmó la muerte de al menos tres personas durante el ataque, entre ellas un policía, un menor de 15 años y una mujer en la acera de su casa.

La ANPDH apuntó que el número de víctimas podría ser mayor, pero aún no es posible ingresar a la ciudad debido a que permanece cercada por las “fuerzas combinadas” del gobierno.

Pobladores de Masaya y del barrio Monimbó denunciaron que parapolicías armados, encapuchados y con camisetas azules, llegaron a bordo de camionetas doble cabina en las primeras horas del martes, lo que provocó alarma entre la población.

En tanto, el titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, se adhirió en un mensaje de Twitter al llamado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para evitar la represión en Masaya.

Mientras que el director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, informó que la OEA se dispone a votar una resolución sobre la crisis en Nicaragua.

La CIDH instó a “evitar la ofensiva represiva en Masaya. Recordamos al Estado de Nicaragua que ya existe un marco para detener la violencia y abrir canales de diálogo que eviten más pérdidas de vidas”.

Fuentes extraoficiales dijeron que más de mil hombres armados con ametralladoras entraron disparando a mansalva en Masaya, una ciudad con 100 mil habitantes, ubicada 30 kilómetros al sur de Managua, a bordo de 37 camionetas, y cerraron el acceso a la ciudad, según imágenes subidas por pobladores en las redes sociales.

A su vez, el cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, dijo que “ante el acoso armado que en este momento está sufriendo la ciudad de Masaya, exhorto a la población de esta amada ciudad a resguardarse en sus hogares o lugares seguros para evitar una muerte más”.

Pidió de igual forma al resto de la población mantenerse en oración permanente, “rogando al Dios de la vida que nos proteja y a nuestra Señora de la Asunción que cuide y cubra con su manto a todos sus hijos”.

Las fuerzas oficialistas, que tachan a la oposición de delincuentes que pretenden llevar a cabo un golpe de Estado, querían recuperar el control de Masaya antes del jueves, cuando se cumplirán tres meses de inestabilidad y se conmemora el aniversario de la caída de Somoza en 1979 gracias a las fuerzas sandinistas.

La vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo, esposa de Ortega, incluso habló de “limpiar” Masaya y Monimbó de “golpistas… malignos, siniestros, diabólicos, satánicos y terroristas”.

El jefe de policía de Masaya hizo una declaración similar.

“La población de Masaya, la población del barrio Monimbó, nos ha pedido que los liberemos de los delincuentes y terroristas que los tienen atrapados con esos tranques de la muerte y nosotros vamos a hacerlo al costo que sea”, afirmó el lunes por la tarde el comisionado Ramón Avellán.

El analista político Oscar René Vargas dijo a The Associated Press que para el gobierno “declarar libre” a Masaya para el 19 de julio “sería una victoria táctica, pero no estratégica porque la rebelión a lo interno se va a mantener, y a nivel internacional Ortega se seguirá mostrando como lo que es: un dictador que trata de imponerse a sangre y fuego”.

Nicaragua vive su peor crisis en 40 años. Las tensiones se originaron luego de que el gobierno de Ortega anunció recortes al seguro social pero aunque los cambios se revirtieron poco después, los estudiantes salieron a las calles y ocuparon la principal universidad del país para pedir la renuncia del presidente. Las manifestaciones y la inestabilidad se extendieron tras la violenta reacción policial.

Francisco Palmieri, un subsecretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, urgió el martes a Ortega a detener los ataques a través de su cuenta oficial en Twitter: “La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el gobierno en Nicaragua deben cesar inmediatamente. El mundo está observando”.

/ANF/

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