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La vida de 30 millones de niños y niñas está en riesgo por impactos secundarios del Coronavirus

El hogar se convertiría en espacio de vulneración de derechos de los niños y niñas. De casi 2.700.000 niñas, niños y adolescentes que ya sufrían violencia, ahora es una probabilidad que estén siendo violentados sistemáticamente.
11 de Abril, 2020
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La Paz, 11 de abril (ANF).- Treinta millones de niños y niñas en América Latina y el Caribe están en situación de riesgo debido a los impactos secundarios que provocaría el Covid-19, según un reciente estudio de Visión Mundial.

La organización humanitaria internacional publicó un reporte denominado “Réplicas”, que revela que millones de niños y niñas están en riesgo de contraer otras enfermedades, además de la inseguridad alimentaria que causará la pandemia.

Asimismo, advierte que el panorama se agravará porque los sistemas de salud se saturarán, al mismo tiempo que importantes contingentes de la población caerán en la extrema pobreza. El informe se enfoca en las consecuencias previstas en las 24 naciones más frágiles incluidas en la respuesta humanitaria de la ONU ante el Covid-19.

El reporte analizó los devastadores impactos secundarios del contagio del Ébola sobre la niñez, entre el 2014 y 2016, y a partir de allí generó un modelo que proyecta qué sucedería en la crisis sanitaria actual. 

Entre los hallazgos “claves”, se establece que los impactos secundarios “amenazarán” a muchos niños y niñas, más que el mismo coronavirus. Actualmente, los fallecimientos de niños son bajos, porque las infecciones severas del virus son raras entre la población infantil.

Por otra parte, se estima que las vidas de hasta 30 millones de niños y niñas están en riesgo frente a impactos secundarios: 26 millones de pequeños en peligro por la falta de vacunas para enfermedades letales, 5 millones podrían sufrir desnutrición. Se puede incrementar a 40% los niveles de malnutrición y 100.000 podrían morir con malaria y los niveles actuales de esta enfermedad pueden subir a 50%.

El presidente y CEO de World Vision Internacional (Visión Mundial), Andrew Morley, afirmó que “estamos equivocados si creemos que esta no es una enfermedad que afecta a la niñez. La experiencia nos dice que, cuando una epidemia satura los sistemas de salud, el impacto sobre los niños y niñas es letal.  La niñez es el segmento más vulnerable de la población ante la desatención inducida de otras enfermedades o de la desnutrición.   Covid-19 se ha convertido en una pandemia devastadora, pero sus efectos secundarios impactarán aún más a los niños y niñas en los contextos más frágiles. Es necesario actuar ya”, afirmó.

Por su parte, la directora Global de Operaciones Humanitarias de Visión Mundial, Isabel Gómez, sostuvo que “el coronavirus está teniendo un impacto devastador sobre la población en todo el planeta, pero puede ser catastrófico para familias que viven en condiciones de pobreza y para aquellas desplazadas por conflictos.  Los niños y niñas que viven en esos lugares pagarán el precio más alto en esta crisis”, explicó.

El reporte se presenta tras el lanzamiento de la respuesta global de Visión Mundial a la pandemia, que dedicará 80 millones de dólares. En América Latina y el Caribe, la inversión estimada en 15 países para detener el avance del contagio y fortalecer los sistemas institucionales de salud será de 24 millones de dólares.

World Vision asignará a sus 37.000 funcionarios a la labor de nivel local. Desde enero, la organización ha estado abocada a la respuesta al contagio inicial en Asia y el plan de respuesta global pretende alcanzar a 22,5 millones de personas en 17 naciones priorizadas. 

Niñas y niños no pueden lavarse las manos por falta de acceso al agua y son más vulnerables a ser violentados

El Covid-19 es un patógeno altamente contagioso y de alta transmisibilidad en contextos donde la  falta de acceso al agua y el saneamiento básico deficiente, limitan la higiene y lavado de manos; además  donde el sistema sanitario es débil y hay limitaciones serias de personal e infraestructura médica; estas condiciones son la principal barrera para que las niñas, los niños y sus familias estén protegidos  y puedan contener el contagio del Covid-19, y otras infecciones o enfermedades prevalentes de la infancia. 

Aunque la niñez no es la más vulnerable por el coronavirus, sí están expuestos a altos riesgos por los efectos secundarios de esta pandemia y en la medida que sus cuidadores se enfermen o mueran, la niñez a su cargo estará en mayor riesgo de desnutrición, abuso, explotación, enfermedades o muerte. Asimismo, la organización advierte que en el contexto actual se incrementa la probabilidad de que los niños y niñas sufran violencia ya que los padres y cuidadores están atravesando situaciones de alto estrés debido a la incertidumbre económica que tienen la mayoría de las familias, la falta de habilidades para convivir y educar a las niñas, niños y adolescentes. 

Por lo tanto, el hogar se convertiría en espacio de vulneración de derechos de los niños y niñas. De casi 2.700.000 niñas, niños y adolescentes que ya sufrían violencia, ahora es una probabilidad que estén siendo violentados sistemáticamente. Ante esta situación se busca que las instancias y autoridades llamadas por ley refuercen y enfaticen en la información sobre los recursos existentes para su protección, garantizando también la capacidad de respuesta inmediata en caso de vulneración de derechos.

Situación educativa en Bolivia por la pandemia

También hacen un señalamiento sobre la rutina educativa, porque con la expansión de la pandemia en Bolivia se ha generado miedo, tensión e incertidumbre y cambios en la rutina de las familias; en el caso de los niños y niñas se generó una ruptura rápida con la suspensión de clases, obligándolos a quedarse encerrados en sus casas sin la posibilidad de retornar a sus unidades educativas ni ponerse de acuerdo con los maestros para continuar con las tareas que probablemente podrían haber reducido el impacto de esta ruptura. 

Actualmente, 15.951 unidades educativas en todo el país han cerrado temporalmente, para evitar una mayor propagación del Covid-19, con lo que 2.870.794 niñas y niños de áreas urbanas y rurales han sido afectados.

Por otra parte, 154.238 maestros no pueden impartir clases a sus alumnos (Fuente SIE 2018- ME); la interrupción provoca un retraso del plan de estudios. También se percibió en esta etapa de la pandemia una desigualdad en oportunidad de aprendizaje por medios virtuales, ya que muchos estudiantes no cuentan con internet o medios digitales, entre otros temas.

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