La Paz, 23 de septiembre (ANF).- Desde hace 18 años, cada 23 de septiembre se conmemora a nivel mundial el Día Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas para llamar a la acción en contra de una de las formas de coacción y violencia considerada una variante contemporánea de esclavitud.
La Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas instauró este día internacional en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999.
La conmemoración mundial se basó en la Ley 9.143 promulgada en Argentina y que se constituye en la primera norma legal en el mundo contra la explotación sexual. Conocida también como “La Ley Palacios”, esta reglamentación marcó la culminación de una de las luchas más resonantes de la historia contra la esclavización de mujeres, niños y niñas para el ejercicio forzado de la prostitución.
Después del tráfico de drogas y de armas, la trata de personas con fines de explotación sexual, trabajo esclavo y mendicidad forzada constituye el negocio transnacional que genera mayores dividendos. Se estima que a nivel mundial 1.8 millones de personas son víctimas de trata.
Los países de América Latina, entre ellos Bolivia, son territorios de origen y destino de la trata de personas con fines de explotación sexual, especialmente niñas y mujeres que están en riesgo de ser secuestradas y llevadas lejos de sus hogares y convertidas en esclavas sexuales.
La trata de personas con fines de explotación sexual es un delito perpetrado por redes criminales de diversa complejidad y organización que desarrollan sus acciones delictuales en la región, entre sus fronteras y fuera de ellas, entre las fronteras de cada país y fuera de ellas. El carácter trasnacional, regional y nacional de este delito desafía las capacidades nacionales de los países de la región y visualiza la necesidad crucial de fortalecer las acciones de cooperación regional en el enfrentamiento de éste.
Las redes de traficantes son cada vez más sofisticadas y usan la tecnología moderna para perfeccionar sus métodos de captación de víctimas, burlar las leyes y eludir la persecución de la justicia.
Cada 23 de septiembre se recuerda la obligación de los poderes públicos de perseguir el crimen y prevenir el delito, pero también de actuar sobre la demanda, pues sin clientes no habría mercadeo de seres humanos con fines de explotación sexual.
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