La Paz, 24 de diciembre 2022 (ANF).- Su regalo sorpresa está listo. Javier, un joven de 14 años que vivió situación de violencia pasará su primera Navidad al lado de su familia sustituta, que en este caso es Abraham, un adulto que por decisión propia y tras ser capacitado lo cuidará hasta que el juez lo disponga. En La Paz, existen 13 familias que cuidan temporalmente a niños, niñas y adolescentes (NNA) y forman parte de un programa que se ejecuta por vez primera en La Paz
“Estamos implementando este proyecto. Es un trabajo conjunto. Es una alternativa para que los niños no lleguen a un centro de acogida y queremos devolverles el derecho a tener una familia”, señaló Beatriz Churata, directora del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) de La Paz.
Estas familias son mayores de edad que primeramente fueron capacitados por el Sedeges y que tras ser evaluados como padres sustitutos idóneos, el juzgado dispuso la orden para que puedan cuidar a un menor de edad. Las familias no solo son parejas, también son mujeres u hombres solteros. Ellos pueden o no tener hijos propios.
El tiempo de permanencia de los NNA lo establece el juzgado hasta que se define la situación legal. Ellos pueden estar acogidos por tres u ocho meses, así como uno a dos años. Luego son reintegrados nuevamente a sus familias nucleares, si se da la situación.
“Formamos a estas familias. Ellos les dan todo su cariño, alimentación, educación, cobijo. Ellos asumen el rol de padres temporales”, dijo a ANF, Emanuel Pérez, coordinador del Programa de Modalidades Alternativas a la Institucionalización de Niños, Niñas y Adolescentes, dependiente del Sedeges.
Pérez sostuvo que pese a que puede generarse un lazo afectivo del menor de edad con su nueva familia y viceversa, ambos son conscientes –y se los capacita para ello- de que el cobijo es temporal.
“No se debe confundir este programa de familia temporal con la adopción. Estos niños y adolescentes tienen familia ampliada, todos pasaron por una situación de violencia o vienen de familias disfuncionales”, prosiguió.
“Para mí también era un sueño tener un hijo”
Javier, quien vive con su padre sustituto hace un mes en una casa de la zona de Miraflores tiene una madre que es alcohólica y a un padre que simplemente nunca supo de él. Abraham lo conoció en un cumpleaños.
Javier –según contó Abraham- visitaba constantemente un café internet que pertenece a la hermana y sobrina de su padre sustituto. Tanto iba a ese lugar que hasta la sobrina lo invitó a celebrar su cumpleaños.
Esa familia, una vez que conoció su situación, para ayudarlo, decidió llamar a las autoridades. Tras un tiempo, Javier ingresó a un centro de acogida. Ahí era visitado por Abraham, hasta que en 2020 surgió este programa.
El hombre, después de realizar los trámites debidos y tener la orden del juez, tuvo la oportunidad de cuidarlo personalmente.
Las reglas de casa son básicas, dijo Abraham: mantener su habitación limpia, ayudar en los quehaceres y tener un horario para levantarse.
“Es un excelente muchacho, es atento, sociable y obediente. He decidido apoyarlo. Es un hijo más para mí y un sobrino más para sus tías. Tengo un negocio en la zona Sur y él está acompañándome”, aseguró.
El padre ya tiene todo planificado, el 16 de enero lo inscribirá al colegio, le comprará su uniforme y su material educativo. También lo atenderá en sus cuidados médicos.
Luego de que deje su hogar, Abraham aseguró que lo seguirá apoyando “Para mí también era un sueño tener un hijo. Cuando se está solo no dan ganas ni de comer. Con un hijo te dan ganas de vivir”.
Todos que sean idóneos pueden ser parte del programa
Actualmente solo tres adolescentes viven con las familias sustitutas. El resto espera, a que se dé la oportunidad, de criar a uno. Las personas que deseen pueden formar parte del programa, siempre y cuando aprueben ser aptos para este trabajo. Cualquier información pueden recabarla en oficinas del Sedeges, en la zona de san Pedro.
“Se tiene un equipo técnico que hace la evaluación. Todos podemos ser familias sustitutas siempre y cuando tengamos ese cariño de ver al NNA y de cumplir los requisitos que exigimos para entrar a esta modalidad”, manifestó el coordinador del programa.
“Damos gracias a Dios. Los niños necesitan el amor de los padres, hay que ponerse en el lugar del otro. Solamente cuando dejamos de pensar en nosotros mismos y nos ponemos en el lugar de ellos es cuando podemos ver las necesidades que tienen”, dijo otra madre sustituta.
“Un niño no solo necesita de amor, también instrucción para que sean personas de bien y vivan en justicia. El boliviano es solidario y necesitamos ser misericordiosos, que cada niño sea un agente de cambio y pueda traer días mejores”, manifestó además el padre sustituto Fabricio Miranda.
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