La Paz, 6 de enero (ANF).- Tradicionalmente, el día 6 de enero se celebra la fiesta de los “Reyes Magos”, quienes según el cristianismo fueron unos sabios estudiosos de las estrellas y peregrinaron guiados por una estrella hacia Belén, para encontrar al Mesías, Jesús. En la ocasión, Mons. Sergio Gualberti se refirió a la necesidad de que la ciencia se encuentre también con la luz de la revelación, para alcanzar la verdad.
Manifestó que “los sabios representan a quienes reconocen que Dios debe ocupar el primer lugar en la vida del ser humano porque todo lo que somos viene de Dios y por eso le ofrecen la inteligencia, la ciencia, la riqueza y el poder”. Mientras que Herodes es signo de tinieblas, representa al hombre en su afán de autonomía de Dios.
A partir de esa reflexión planteó que la sociedad actual hoy les atribuye poderes omnipotentes a la ciencia y la técnica, en contraposición a Dios, como nuevos “ídolos”, con “poderes omnipotentes para dar con todos los problemas de la humanidad”, enfatizó.
Al resaltar las contribuciones de la ciencia y la técnica para mejorar la calidad de vida de la humanidad, indicó que, sin embargo, “han demostrado su impotencia ante el persistir de la pobreza, de la injusta distribución de los bienes, de enfermedades incurables y tantas otras plagas que afecta a la población mundial”
Por otra parte, criticó el hecho de que la ciencia esté sometida a una economía “ciega que privilegia el interés y la ganancia sobre el hombre”, que sería incapaz de preservar el medio ambiente, provocando el calentamiento global y “fenómenos atmosféricos extremos nunca experimentados, que provocan desastres, dolor y muerte en todos los continentes”.
Por ello, concluyó diciendo que, siendo la ciencia un don, “tiene que tomar en cuenta a Dios, tomar como referencia a la ley que Él ha implantado en la conciencia de toda persona, y anteponer al ser humano, en cuanto creado a imagen de Dios, por encima de cualquier otra criatura, otro interés e ideología”.
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