La Paz, 16 de noviembre (ANF).- La Conferencia de Provinciales en América Latina y El Caribe (CPAL) advirtió que la impunidad y el abuso de poder generan protestas en países de la región, y expresó su preocupación principalmente por la situación sociopolítica que atraviesan Haití, Chile, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Honduras y Venezuela.
La Conferencia remarcó que las causas de la crisis actual están vinculadas estrechamente a la inequidad existente, pues Latinoamérica sigue siendo el continente más desigual del planeta.
“La gente siente no sólo que sus gobiernos no dan respuesta a los problemas fundamentales de acceso y ejercicio de sus derechos sociales y a la creciente inseguridad, sino que son en muchos casos producto y promueven la impunidad, la mentira, el abuso de poder, la concentración de la riqueza, y la corrupción pública y privada”, señala el comunicado de los provinciales de CPAL reunidos en Asunción, Paraguay, en el marco del 20º aniversario de la Conferencia.
Estas y otras realidades, agrega el texto, explican, en parte, las protestas, manifestaciones y movilizaciones que se suceden en varios de los países de la región, pero “de ninguna manera justifican el uso de la violencia como instrumento de presión o de resolución de los conflictos sociales”.
Para los provinciales, esta situación es expresión de injusticias estructurales que han llevado a la población al desencanto con sus gobiernos, a la legítima protesta ciudadana y a la exigencia de cambios estructurales profundos. No hacen diferencia y señalan que se trata de una realidad que atañe tanto a los gobiernos llamados capitalistas como aquellos que se proclaman socialistas.
“Frente a esta realidad injusta, desafiante y dolorosa, como miembros de la Compañía de Jesús –personas e instituciones-estamos llamados a ‘una misión de reconciliación y de justicia’ que la fe nos exige”.
Nuestras preferencias Apostólicas Universales, agrega la nota, nos invitan a acompañar y caminar junto a las poblaciones excluidas y vulneradas en sus derechos. Apunta que ellas son una llamada de Dios a promover el cambio de las estructuras generadoras de injusticia y participar junto con otras personas e instituciones - especialmente con los jóvenes- en la construcción de un futuro de esperanza para todo lo creado.
“Estamos firmemente convencidos de que la construcción de sociedades verdaderamente democráticas es una tarea que incumbe a todos los actores sociales independientemente de las tendencias políticas que representen a través de un ejercicio ciudadano ético y comprometido”, se lee en el comunicado.
Agrega que la más amplia y transparente participación popular es necesaria para la consolidación de democracias verdaderas, por lo cual celebra la solidaridad entre los pueblos latinoamericanos y al mismo tiempo rechaza cualquier intervención que venga a vulnerar la soberanía de las naciones del continente.
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