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Economía

Excorregidor de Cataricagua: "El cerro Posokoni es nuestra vida, salud, trabajo, es todo"

En Cataricagua casi la mitad de las viviendas, que son de adobe, están abandonadas. Muchos dejaron sus casas al no haber un futuro para sus familias e hijos. Actualmente solo unas 60 familias viven en el lugar, la mayoría jóvenes y niños.
21 de Marzo, 2019
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Cataricagua. Foto: ANF
La Paz, 21 de marzo (ANF).- El excorregidor de Cataricagua, Constantino Mena, lamenta que las autoridades señalen a su comunidad como zona roja y “guarida” de jucus, y estigmatice a todos los pobladores como ladrones de mineral.

Dice que el cerro Posokoni, de donde la Empresa Minera Huanuni extrae estaño de alta pureza, representa la única posibilidad de subsistencia para los comunarios de Cataricagua ante la falta de trabajo en la región.

“Nosotros vivimos de lo que podemos, hay un lugar por donde entran (al cerro) todos los que vivimos aquí, yo no puedo mostrar eso, porque este cerro es nuestra vida, es nuestra salud, es nuestro trabajo, es todo”, manifestó la exautoridad a ANF.

Cataricagua es una localidad ubicada a 10 kilómetros de Huanuni. Se encuentra en la falda del cerro Posokoni. Antes fue un campamento minero de la empresa Huanuni.

Tiene escuela hasta octavo grado de primaria, una cancha deportiva, posta de salud, luz eléctrica y agua potable. En varias de sus percudidas y descoloridas paredes, de calles en desorden y sin asfalto, se puede apreciar la imagen Ernesto Che Guevara. El mítico guerrillero pasó por ahí.

“Nosotros somos guevaristas”, dice orgulloso. 



Los pobladores de Cataricagua son mineros desde siempre. Por lo agreste del lugar no pueden dedicarse a la crianza de animales ni a la agricultura. No hay vida.

Mena dice que siempre pidió trabajo a casi todos los gerentes de la empresa Huanuni que estuvieron en el cargo, unos 11, pero ninguno le dio respuesta.

“Yo reclamo siempre, cuántas veces he ido a la gerencia porque lo que queremos es trabajo, no tenemos trabajo, pero nunca nos han respondido nada (…), todas las personas de aquí se dedican a la minería, es la única labor que tenemos”, señala.

Siendo corregidor propuso a la gerencia de Huanuni que los pobladores de Cataricagua sean los “hombres de negro” de la empresa, personal de seguridad encargado de cuidar el cerro Posokoni del saqueo de los grupos de jucus que llegan cada día al lugar, en particular desde Llallagua, Norte de Potosí. El gerente no respondió. 

Como muestra de que los pobladores de Cataricagua no saquean la mina, sino que solo sacan para sobrevivir, Mena dinamitó varios ingresos al cerro Posokoni, por los que ingresaban los jucus provenientes de otros lugares: dinamitó uno ubicado al ingreso de Cataricagua, otro detrás de la iglesia, y muchos más ubicados en la faldera, pero no todos por ser innumerables. 



“Las personas de otros lados vienen y usan como guarida esta zona, y a mí me molesta eso, por culpa de gente foránea quedamos mal con el gerente y con la alcaldía”, dice.

En Cataricagua casi la mitad de las viviendas, que son de adobe, están abandonadas. Muchos dejaron sus casas al no haber un futuro para sus familias e hijos. Actualmente solo unas 60 familias viven en el lugar, la mayoría jóvenes y niños.

“Ellos (los jucus) vienen a las casas vacías que hay, entran a cambiarse y salen, ellos son más que nosotros, ellos vienen de 50 a 100 personas, no podemos hacer nada”, refiere.

Pero también lamenta que los propios trabajadores de la empresa Huanuni sean los que ofrezcan mineral a los jucus.

“Ellos (los jucus) una noche antes tienen charle con la empresa para sacar mineral, hacen charle y vienen, pero a quién culpan, a Cataricagua”, apunta.

Remarca que “quien permite el juqueo es la misma empresa Huanuni, a mí mismo me han ofrecido, ‘te voy a vender’ me han dicho”.

Mena argumenta que por la falta de empleo mucha gente que se mete al juqueo, como única solución a sus necesidades, ya que la alcaldía de Huanuni no tiene capacidad para dar trabajo. 

“Yo quisiera decirle al presidente Evo Morales que se acuerde de Cataricagua, este pueblo siempre lo ha apoyado, y a nosotros nos están dando golpes”, lamenta.

Los constantes operativos policiales y militares golpean a los habitantes de Cataricagua: “tumban puertas, asustan a los niños, se cometen abusos”.



/LFC/

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    Juqueo,Cataricagua