La Paz, 27 de junio (ANF).- “Somos claros en que para hacer teatro debemos ser
sinceros con nosotros mismos antes de querer contar algo a los demás”, relata
Jorge Alaniz, de 37 años, quien con un título de comunicador bajo el brazo, pero
desempleado, sigue luchando desde su trinchera, luchando en el arte a través
del teatro “porque la vida es como el teatro”.
“El riesgo es nuestra primera motivación, pero el riesgo visto desde los lugares que uno prefiere no visitar, de esos lugares que a uno le duelen y que siempre los esquiva. Era urgente hacer algo con nuestro teatro y al mismo tiempo con la forma de ver el teatro, entonces, ‘Hoja de Vida’ es como un nuevo intento de seguir haciendo teatro”, explica el actor, director y dramaturgo forjado en la mina orureña de la cual migró para –con pasión– hacer lo que ama.
Este monólogo, como varias de las obras de Alaniz, habla sobre el fracaso, como el mismo explica: “de mi fracaso” y parte de un hecho real: la situación de desempleo que se vive en el país.
“Hace dos años que no cuento con un empleo fijo y ando picoteando en trabajos esporádicos, seguramente es la consecuencia de dedicarse full time al teatro”, indica Alanis, mientras divaga tratando de explicarse que quizá su desempleo también se deba a que no siguió el trabajo familiar, a que no se quedó en la mina siguiendo su destino.
Al final todo son excusas, “todos cargamos con una herencia muy grande: la de cumplir los sueños heredados y el ser alguien mejor de lo que fuimos antes de llegar aquí”, señala.
“Esta obra es una ridícula revisión de mi existencia desde aquello que siento que me construye, pero que también me fragmenta: El Teatro”, finaliza Alaniz.
En “Hoja de vida” la dirección recae en Abigail Villafán, compañera artística muy constante en trabajo de “La Mala” desde sus inicios. El grupo se ha presentado en las últimas versiones de el Premio Peter Travesí, en el festival Tablas Cochalas y en Escénica 2015.
El costo de las entradas es de Bs. 30 para mayores y 20 Bs. para estudiantes. Los asistentes podrán disfrutar de un trabajo forjado en el compromiso y la necesidad de hacer arte, una situación común quizá para mucha gente ligada a la cultura nacional.
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