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Cultura y farándula

Enrique Calderón, el "Evo Morales" que no quiere ser reelegido

El actor boliviano expresó su preocupación por la censura y hostigamiento que vive desde que personifica al Presidente.
2 de Diciembre, 2018
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La indumentaria que viste Enrique Calderón para personificar al Presidente.   Foto: ANF   PRO
La indumentaria que viste Enrique Calderón para personificar al Presidente. Foto: ANF PRO
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Por: Arnold Guachalla L.

La Paz, 2 de diciembre (ANF).- Enrique Calderón, el famoso imitador de Evo Morales, está preocupado. Cree que de continuar el Presidente en el poder, sus días como el artista que encarnó a tan peculiar personaje habrán acabado.

Yo confío en los sistemas democráticos. Pero si Evo se queda, y a la fuerza, creo que desaparezco; creo que seré alguien que deje el arte.

Aquel augurio, que más se asemeja a una sentencia, mostró al actor paceño de 42 años en una faceta diferente.

Más allá del personaje que representa con el saco, la peluca, la banda y medalla presidencial de utilería —con los que jura y perjura que una nueva reelección es su derecho humano—, en esta ocasión surgió su voz de ciudadano. Aquel con el que afirmó que “la era Evo seguramente pasará a la historia”. 

—A no ser que caigamos realmente en una fuerza dictatorial, y lo estoy suponiendo, y se nos obligue a mantener un Gobierno. Confío que no será así.

Entonces suena lógico preguntarse ¿Por qué este actor piensa así tomando en cuenta que su éxito de los últimos años la debe a la personificación de Evo Morales? También surge consultarle: ¿Acaso la salida del Presidente no terminará con aquel papel que tanto reconocimiento te ha generado?

-Seguramente él (Morales) va seguir siendo una figura política. Sin embargo, pasará su tiempo (…) Quizá me tocará seguir haciendo teatro, pero tal vez ya no de la coyuntura política o quizá personificaré al próximo político que le toque estar en la presidencia. Todo es posible.

Bajo la sombra de la censura

En medio de la charla sobre su trabajo artístico, Calderón deja flotando la palabra “censura”. No esconde su malestar mientras trata de ordenar sus ideas. Amenazas, veto a su arte, censura en los medios son algunos de los problemas ha tenido que sortear durante el tiempo que viene personificando a Morales.

A su mente llegan recuerdos como de aquella ocasión en 2010 cuando tuvo la oportunidad de actuar y conocer al mismísimo Presidente en persona durante un evento benéfico al que fue invitado para mostrar su arte. Sin embargo, la gente de la organización evitó que esto fuera una realidad. 

¿Qué tan difícil es hacer humor político en estos últimos años?

“Hacer humor nunca ha sido fácil” comentan los experimentados comediantes, pero si hablamos de “humor político” la cosa parece complicarse un poco más.

El humor —fuera de ser una gran terapia para el ser humano—, se ha usado desde la antigüedad para hablar de temas controversiales y que son difíciles de tratar.  

Ni siquiera los políticos y los propios periodistas pueden comentar con tanta soltura asuntos delicados como los actores, humoristas, caricaturistas o ilustradores, aunque ello también les ha significado serios problemas y en muchos casos, censura.

Según Calderón, en Bolivia estas dificultades antes no eran tan evidentes como en la actualidad. Su propia experiencia le ha llevado a pensar así.

—Ahora es muy complicado hacer humor político. Antes no, antes se mofaban mucho. Los chistes eran directos y duros en las críticas y las parodias, pero ahora a mí me han censurado muy duro.

Pero ¿Qué tan cierto es que en este último gobierno es más difícil hacer humor político? ANF habló con el director y fundador del programa radial “Confidencias”, René Rosquellas, el integrante de la agrupación Taquipayas Kayku, Ismael Nájera, y el humorista Raúl Mamani, a quienes se les planteó la interrogante y estas fueron sus respuestas. 

Dos de los tres entrevistados, Nájera y Mamani, señalaron que sí es más complicado hacer este tipo de humor en la actualidad por el malestar que genera en las autoridades que son parodiadas y por la existencia de la Ley 045 contra el racismo y otras formas de discriminación. 

Sin embargo, para Rosquellas la dificultad en este trabajo siempre existió y en los diferentes gobiernos. Por eso considera necesario tomar los recaudos necesarios para no caer en exageraciones que provoquen malos entendidos.

 “Yo soy Evo” ¿Bendición o maldición?

Con 25 años de experiencia en las tablas, Calderón personificó a distintos personajes y pasó por varios elencos, pero ningún papel le dio tanta fama como el de Evo Morales.

Tal como un futbolista no olvida su primera “chutera” o un médico a su primer paciente, Calderón no olvida la primera vez que caracterizó al Presidente. Fue el 2011 en la ciudad de Trinidad, Beni, cuando actuaba para la compañía “Santallazos” del reconocido actor David Santalla.

—Tuve que entrar porque había cambios de escena y lo hice solo. Le dije a David que no tenía peluca. Ya había adaptado mi saco con una especie de aguayo y comprado mi banda presidencial, pero me faltaba la peluca. Entonces David me prestó la peluca del Toribio y yo lo adapté y peiné para que se parezca. Así comenzó todo.

Sus colegas ya le habían dicho que se parecía al primer mandatario con anterioridad, pero el público trinitario fue el que le dio el impulso definitivo para iniciar un proyecto que en el futuro le traería muchas satisfacciones. .

Tras el debut, Calderón dio otro paso crucial en 2013: el salto a las redes sociales. Con ayuda de su primo logró crear el canal “Yo soy Evo” en YouTube y el 15 de agosto de aquel año publica su primer video denominado “La Navidad”.

La crítica de la comunidad internauta fue buena y la gran cantidad de “vistas” de esta primera producción fue el detonante para seguir con más videos que hasta la fecha suman 11. 

Con el tiempo pasó del YouTube al Facebook, plataforma en el que obtuvo mayo reconocimiento y popularidad.

Malestar y censura por “La Zapatita Roja y el Evo Feroz”

Luego del éxito en redes sociales, Calderón tomó “su segundo trago de censura” a través de su obra “La Zapatita Roja y el Evo Feroz”, una sugestiva pieza teatral que parodia el clásico cuento infantil de Charles Perrault con personajes extraídos del contexto boliviano que están cargados de variadas y peculiares  significaciones.

—No por nada existe una narco hada madrina y la trama se desarrolla en el verde bosque pluriforestal de un pueblo llamado Orinocalandia.

Si bien hubo pleno éxito, sacar adelante este proyecto no fue tarea fácil porque se registraron varios obstáculos para obtener los espacios teatrales y publicitar la obra. Para Calderón estos indicios ya mostraban el malestar que estaba generando en algunos círculos de poder. 

La obra teatral debía ser estrenada en el teatro Cuarto Centenario de la ciudad de Potosí, sin embargo, los responsables de aquel escenario presentaron excusas técnicas y negaron su alquiler. Ante aquel inesperado obstáculo, “La Zapatita roja y el Evo Feroz” tuvo que estrenarse en el municipio de Viacha del departamento de La Paz.

—Lo que más me ha costado es luchar contra esta censura del Gobierno. Yo lo he pasado mal en Santa Cruz. Los medios de comunicación no me querían dar espacio. Me dijeron que los iban a sancionar y que los estaban observando. Yo no entendía y fue un golpe económico muy duro. Luego vine a La Paz y aquí empezó la guerra dura en las redes sociales.

Pero los problemas recién comenzaban. El actor contó que el acoso y las amenazas llegaron a tal extremo que comenzó a tomarlo con humor. 

Por esas razones prefiere mantener la información sobre su vida privada fuera del alcance de la gente. Tiene miedo que su familia también sea víctima de amenazas y maltratos a razón de su arte.

El ciudadano detrás del actor

Ante aquellas revelaciones fue casi imposible no preguntarle su parecer sobre la posible repostulación del Presidente.

—Yo tengo mi punto de vista como ciudadano: hay una ley y debemos respetarla todos. Yo no pertenezco a ningún lado (partido político) y si veo que hay una ley y no se respeta ¿En que quedamos? 

La “trinchera” de Calderón

Cada vez que Calderón se pone el saco, la peluca y la banda presidencial de utilería comienza el show sobre las tablas o el YouTube. Chistes van y risas vienen. La cosa no cambia cuando acude a los medios.

Frente a las cámaras, Calderón habla de política, del referéndum del 21 de febrero de 2016 o de la repostulación del Presidente. Bajo su indumentaria todos estos temas son tomados con humor y sorna.

Sin embargo, no solo se trata de personificar a Evo Morales, para Calderón allí también se erige una “trinchera” desde la cual hace su propia lucha.

—Uno no puede estar pasivo ante lo que pasa. Como artista no puedes solo reflejar lo que está pasando, tienes que ser contestatario.  Creo que con mi arte lo estoy haciendo y es lo que molesta al Gobierno.

Calderón no sabe —así como la mayor parte de la ciudadanía— si Evo Morales continuará en el poder después del 2019. Solo tiene la certeza de que pese a las presiones y a las amenazas seguirá “combatiendo desde su trinchera”, reflejando la realidad desde el humor.

—Si hay cosas que decir, lo voy a decir entre quien entre al gobierno: oposición u oficialistas. Yo voy a estar siempre del lado de la perspectiva artística reflejando, no importa quién esté. Desde ahí voy a reflejar la realidad. El artista es del pueblo, para eso estamos.


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    Enrique Calderón