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Opinión

¿CAPITALISMO HUMANITARIO O SOLIDARIO?

7 de Agosto, 2010
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MANFREDO KEMPFF SUAREZ

¿CAPITALISMO HUMANITARIO O SOLIDARIO? Por Manfredo Kempff Suárez (*) Lo que nos traen las noticias de la prensa norteamericana no tienen nada que ver con un nuevo sistema político-económico que se quiera implantar en el mundo. No existe ninguna doctrina ni hay antecedentes sobre el particular. Simplemente, es una actitud personal, de humanitarismo y solidaridad. Nadie impone, nadie exige. Es un ejemplo insólito – único en la Historia – que sólo podría darse en una nación como Estados Unidos, cada vez más sensible y comprometida con sus compatriotas que sufren lejos o que padecen
miseria hasta en las calles de Nueva York. Porque, sabemos, miseria existe en todas partes del mundo. Nos ha impresionado el anuncio de que 40 de los más grandes millonarios estadounidenses hayan decidido donar el 50% de su fortuna para una obra filantrópica sin precedentes destinada a la caridad. Solidaridad, sería mejor llamarla. Magnates como Gates, Buffet, Rockefeller, Bloomberg, Turner, Ellison, Lucas, (¿dónde estará Soros?) que reinan en actividades como el Microsoft, la industria, las finanzas, el transporte, y muchas otras, decidieron aliviar el hambre y la angustia entre quienes no tienen nada. Devolver a la sociedad una gran parte de la fortuna que amasaron, es la insólita intención, informan las agencias noticiosas. La iniciativa la están plasmando Bill Gates y Warren Buffet principalmente. Y se estima que con el dinero que se recolectará de los 40 multimillonarios estadounidenses se llegaría a la cifra sideral de 150 mil millones de dólares. Seguramente que lo suficiente para aliviar a gran parte de los menesterosos y de los desempleados crónicos. No obstante el propósito de Gates y Buffet es comprometer a 400 millonarios de EEUU y llegar a la impresionante cantidad de 600 mil millones de dólares para el emprendimiento. Bueno, un estado capitalista con esos hombres, bien merece ser respetado en el mundo entero. Pero, además, Gates y Buffet desean promocionar esa iniciativa entre los magnates de China e India, donde la pobreza es muchísimo mayor que en la Unión, y donde existe gente tan pobre que todavía muere de hambre genuina y de pestes que se suponía habían dejado de existir hace siglos, en la Edad Media. A una acción de esta naturaleza no habría doctrina política que pueda hacerle frente. Ante el desprendimiento humano, el sacrificio voluntario y personal, sin necesidad de conculcar libertades asaltando lo ajeno, convirtiendo al Estado en un ladrón irresponsable, nadie podría abrir la boca para censurar nada. Puede que el mundo esté a las puertas de una doctrina filantrópica sin precedentes. Solidaridad es dar lo que se tiene, lo propio que se ha ganado con esfuerzo; no repartir mal lo que se acumula por impuestos abusivos, ni quitar a viva fuerza lo que la gente trabajadora ha ganado a lo largo de su vida. Este ejemplo, cuidando las diferencias entre una Bolivia miserable y la Unión rica, debería ser un reto a seguir, pero, por ahora, absolutamente utópico y hasta ocioso de abordar. Sería excesivo que en nuestro país
se quisiera proceder de la misma forma. Los 20 más ricos que hoy viven en Bolivia no juntarían 200 millones de dólares, que apenas cubrirían uno de los “bonos” masistas por un año; nada “sostenible” o “sustentable”, como se debe decir hoy. Hay el bono “Dignidad” (Bonosol), el “Juancito Pinto”, el “Juana Azurduy”, casi todo dirigido hacia los infantes y la mujer. Ahora, los pocos ricachos podrían empeñarse en una ayuda para los hombres enfermos; el bono “Multi-orinones nocturnos”, podría ser algo que se agradecería, para combatir la agresiva próstata que está mojando tantas camas, piyamas y pantuflas. Además de sopar esposas. O amantes, que es lo peor. Los bolivianos somos una cosa y los otros son muy distintos. Para qué vamos a mezclar una cosa con otra. Solamente es conveniente observar cómo las águilas del Tío Sam se comportan con una sensibilidad admirable y cómo hasta los imperialistas, tan vapuleados (muchas veces con sobradas razones), se dan cuenta de que es necesario despojarse de algo o de mucho antes de que su sociedad sucumba. Causa curiosidad que un millonario tan relevante como George Soros, socio del gobierno actual en varios proyectos, no haya dicho ni pío todavía. Habría que sugerirle que ponga la mitad de su fortuna para ayudar a los gringos pobres y tal vez algo para sus miserables y hambrientos socios de esta parte del continente.


(*) El Autor es ex -
diplomático. ///…


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