25 de julio, 2016 - 15:36
César Cocarico, ministro de Desarrollo Rural y Tierras. Foto: ANF
La Paz, 25 de julio (ANF).- Ante las pérdidas agrícolas en el oriente del país como consecuencia de la sequía y los reiterados pedidos de los productores del agro cruceño de insertar semillas genéticamente modificadas resistentes a eventos climáticos extremos y plagas, el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico dejó en claro que Bolivia no puede propiciar eventos transgénicos en cultivos nativos.
“Hemos establecido que nos reservamos la decisión; en tema de biotecnología no hubo acuerdos y en tema maíz estamos complicados porque la Constitución Política del Estado establece que si somos país productor originario no podemos propiciar”, dijo.
Consultado si el país podría abrirse a la liberación de nuevos eventos en cultivos que no son nativos o de origen boliviano, Cocarico respondió que ese tema está en manos del Comité Nacional de Bioseguridad.
“Nosotros, en nuestra Constitución Política del Estado, propugnamos la producción orgánica y ecológica, sin embargo, por las demandas especialmente de la productividad se ha autorizado hace muchos años la utilización de semilla transgénica en la soya y ahora hay una demanda para autorizar las del maíz, tenemos que evaluar”, manifestó.
En la CPE en su artículo 409 se menciona: “La producción, importación y comercialización de transgénicos será regulada por ley”; mientras que el artículo 255 de la misma carta magna señala la "prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”.
Cocarico aclaró que la autorización de semillas transgénicas de maíz, como lo han solicitado los empresarios bolivianos, no es competencia de su Ministerio sino el Comité de Bioseguridad.
El titular de Desarrollo Rural dijo que Bolivia es un territorio conocido mundialmente por su producción orgánica del maíz y sí se incorpora la semilla transgénica se correría el riesgo de perder esa característica, que es como un patrimonio de la biodiversidad productiva del país.
Los agropecuarios del oriente solicitaron al Gobierno de manera persistente al Gobierno el uso de la biotecnología para introducir semillas genéticamente modificadas de maíz, trigo y hasta arroz debido a la proliferación de plagas, y para reducir los impactos por los efectos climáticos que afectaron en la campaña agrícola de verano al menos al 30% de los cultivos, y en la siembra de invierno al 80% de acuerdo a datos preliminares.
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